lunes, 12 de marzo de 2012

Los límites del perdón. Victoria Casas


LOS LÍMITES DEL PERDÓN
RESUMEN
Es un relato contado en primera persona por un judío llamado Simon Wiessenthal, como muchos otros judíos, Simon era preso en un campo de concentración durante la Alemania nazi. Este cuenta mediante sus propios recuerdos como era vivir allí y en que condiciones se encontraban. Tiene a dos amigos con los que hablan de varios temas especialmente sobre la existencia de Dios y son Arthur, un arquitecto como el y Josek un gran devoto de la religión judía.
Un día, los nazis organizan a los presos en partidas de trabajo y junto con los “askaris” (rusos que servían a los nazis) marchan hacia un hospital que anteriormente era el Instituto Tecnológico, donde además, Simon había estudiado allí. Mientras marcha con el resto de presos ve un cementerio de soldados nazis, con un girasol en sus tumbas y mariposas revoloteando, esto le llama mucho la atención ya que incluso muertos, los nazis tienen más derechos que ellos. Al llegan al hospital les mandan sacar del edificio los contenedores de basura que parecían proceder de los quirófanos y cuando Simon sale para tomar el aire por el hedor que desprendían los contenedores se encuentra con una enfermera, esta se le acerca y le pregunta, si es judío y le pide que le acompañe y este la sigue hasta el vestíbulo superior donde se encontraba el antiguo despacho del decano. Cuando entran a la habitación Simon se encuentra con un soldado nazi inmóvil a punto de morir. El soldado nazi quería contarle su historia, como sufría cada vez que asesinaba y su pasado en una familia cuyo padre no estaba de acuerdo con las ideas nazis y con las de su propio hijo por apuntarse a las juventudes hitlerianas. El soldado nazi quería contarle esto a un judío para que este, en nombre de la comunidad judía le diera el perdón para poder descansar en paz  y morir con la conciencia tranquila. Después de que este acaba de relatar su historia, Simon se va sin decirle nada y regresa a su zona de trabajo con el resto de sus compañeros. Simon que no puede olvidar lo ocurrido en cuanto regresa al campo de concentración decide contárselo a sus dos amigos, ante su historia, ellos piensan que ha hecho lo correcto, pues una persona no puede perdonar a otra por un daño que hizo a otros.
Al día siguiente vuelve a ir al mismo hospital con el mismo grupo de trabajo, allí la enfermera le vuelve a pedir que la acompañe, pero esta  vez no van al antiguo despacho del decano, le hace esperar y cuando regresa le da un fardo envuelto en una sabana verde que llevaba cosido una dirección, después de darle esto le cuenta que el soldado ha muerto y que ha dejado esto para el, pero Simon no lo acepta y le pide que se lo envía todo a su madre ya que tenían la dirección. Al regresar al campo de concentración Simon vuelve a hablar con sus dos amigos sobre el tema, estos le contestan lo mismo, que ha hecho bien en no perdonarlo, pero Simon no esta del todo contento consigo mismo.
Luego pasan mas de doce años, Arthur y Josek, los dos amigos de Simon han muerto y él se mantiene vivo aunque no cree que por mucho tiempo, pero llega la libertad, los campos de concentración son liberados, Simon ha logrado sobrevivir, pero no tiene un hogar a donde regresar pues Polonia era un cementerio a si que decide alistarse en una comisión que investigaba los crímenes nazis.
En el verano de 1946 Simon viaja son su esposa y con algunos amigos a las cercanías de Linz, allí encuentra un girasol y le recuerda al soldado que murió en aquel hospital. Un  tiempo después Simon se encuentra en Múnich y decide ir a Stuttgart a visitar a la madre del soldado. Finalmente Simon localiza a la madre del soldado y por fin conoce su rostro mediante una foto que le muestra. Simon no le cuenta nada de lo ocurrido, se presenta con saludos que una vez le mando un soldado a su madre y solo se limita a escuchar.
Después de esto, Simon se pregunta si el silencio junto al nazi fue correcto o incorrecto y si existe en el lector una profunda cuestión moral que provoca una disyuntiva tal y como le paso a él.
AUTOR: THEODORE M.HERBURG.
Theodore, es un cura que dice que su instinto le dice que él lo perdonaría ya que en cierto modo, su trabajo consiste en perdonar. Aunque si hubiera tenido que sufrir lo que muchos han padecido, le resultaría más complicado, aunque siempre espera perdonar pero no desde su posición, sino como vicario de Dios.
OPINIÓN PERSONAL
En un principio, sin leer el relato de Simon, tenía muy claro que no iba a perdonar al nazi moribundo que solo deseaba obtener el perdón de cualquier judío para morir tranquilo. Como siempre, no se puede juzgar nada sin haberlo leído. Mientras leía el relato del nazi y con el dolor que lo contaba, me hizo pensar si, muchos nazis serían como el, jóvenes que se aliaron a los nuevos cambios y que después de comprobar que un ser humano puede cometer actos inhumanos se han arrepentido y en su lecho de muerte intentan enmendar como pueden tantos asesinatos de gente inocente.
Pues bien, aunque mi opinión no fuera tan drástica como lo era antes de leer, sigo pensando que no perdonaría aquel nazi, puesto que yo, a quien no le ha hecho daño, no soy la persona adecuada para darle el perdón, sino a las personas que si hizo daño, pero como no solo les hizo daño, sino que les quito la vida, no puede hacer nada y busca desconsoladamente a un judío que en nombre de tantos le de un perdón que no se merece.
En conclusión, no perdonaría a ningún nazi,  tampoco si ese nazi me hubiera causado algún daño, pues todo lo que ocurrió en los campos de concentración y demás se podría haber evitado si la gente no hubiera seguido según que ideas.

4 comentarios:

Ana Orna dijo...

Estoy de acuerdo contigo, la verdad es que yo antes de leer el libro también decía que si hubiera sido Simón, mi respuesta habría sido un NO ROTUNDO, pero cuando te lees el libro y ves el arrepentimiento que tiene Karl, la verdad es que te da mucho que pensar, pero aun así me respuesta sigue siendo no, yo tampoco perdonaría a ningún naci ya que no tengo derecho a perdonar algo que yo no he sufrido. Y personalmente si yo lo hubiera sufrido, dudo mucho que lo hubiera perdonado.

Leticia Artigas dijo...

Estoy de acuerdo contigo, ya que pienso exactamente igual que tu. Sobre tu autor ya que es cura, como vicario de Dios, debe perdonar, pero yo si fuera cura y ante estas atrocidades, no se yo si podría decirle quedas libre de tus pecados, porque pensar lo que hicieron y que te podía haber ocurrido a ti... pero la mayoría de los curas no se ponen en la situación del judío como hacemos nosotros.

Marta Grima dijo...

Estoy de acuerdo contigo Victoria, ya que es un libro que en un principio te transmite una opinión sobre si se le perdona o no, aunque luego te haga pensar después de su arrepentimiento. Aún así realizaban crueldades exageradas que nadie se merece y por eso creo que no se merece que sea perdonado.

Juan dijo...

No comparto la opinión del autor. Como bien dice su tarea como sacerdote, es hacer de medio de comunicación de las personas con Dios. Y el debe comunicar la decisión de Dios, pero este también debería comunicar su opinión junto a la que le ha sido encomendada transmitir, Así podría realizar si misión y transmitir aquello que le parezca correcto, por que no todos los crímenes son iguales.