LOS LÍMITES DEL PERDÓN
1.-RESUMEN
Esta historia trata acerca de las atrocidades cometidas por los nazis y sobre si merecen o no ser perdonadas.
Cuenta el relato en primera persona de Simon Wiesenthal, un joven arquitecto judío, sobre las experiencias vividas en diferentes campos de concentración, donde los nazis reclutaron a personas de diferentes estratos sociales y los sometieron a innumerables torturas y humillaciones, convirtiéndolas en seres iguales destinados a la muerte.
Arthur y Josek, fueron dos amigos de Simon. El primero era abogado y Josek era profundamente religioso y siempre tenía respuesta para todo.
Arthur pensaba que si todos los hombres estuviesen hechos de la misma materia, ¿por qué unos iban a ser asesinos y otros víctimas?. Un día vino diciendo que había escuchado a una anciana afirmar que “Dios estaba de permiso” y opinaba que aunque los judíos no sobrevivirían, los alemanes recibirían su castigo por sus crímenes.
Por su parte, Simon pensaba más en el presente, en el hambre, en las humillaciones, en la inquietud por su familia, y no opinaba que “Dios estaba de permiso”, sino que “Dios debía haberse marchado y no tenía sustituto” y que el mundo había conspirado contra los judíos y que éstos habían aceptado su destino sin protestar, sin un solo gesto de solidaridad.
Simon sabía que la muerte le estaba esperando y se fue acostumbrando a su proximidad, lo que esperaba es que llegar rápidamente para acabar con su sufrimiento.
Simon fue trasladado a trabajar al Instituto Tecnológico, ahora convertido en Hospital militar, y allí fue conducido por una enfermera a Karl, un nazi moribundo que le apretó la mano y le imploró que le escuchase, que sabía que iba a morir y que quería contarle su historia para poder hacerlo tranquilo. Le relató que de pequeño era católico, que era hijo único y que quería mucho a su padres pero que a los 21 años se había alistado en las Juventudes Hitlerianas, y que allí se les había contado, a él y tantísimos jóvenes que se apuntaron, que los judíos eran el origen de todas sus desgracias, los causantes de las guerras, de las miserias, del hambre, del desempleo, etc, en definitiva de todas las desgracias, y que no eran seres humanos, y que daba igual que fuesen hombres, mujeres o niños.
Con ese adoctrinamiento, cometieron toda clase de crímenes. Uno de ellos consistió en reunir a muchas familias judías y obligarlas a introducirse en un edificio de tres plantas, que cerraron a cal y canto, e introdujeron bidones de gasolina y les ordenaron lanzar sus granadas y disparar a todo aquél que intentara escapar por cualquier medio. Y vio saltar, entre otros, a una familia compuesta por el marido, la mujer a y su hijo, a quien la madre le tapó los ojos antes de saltar. Nunca se volvió a quitar esa imagen de su cabeza, sobre todo la de aquel niño. Ello le atormentaba constantemente.
Un día, en un nuevo ataque contra los judíos, volvió a asaltar su mente el recuerdo de esa casa en llamas y de esa familia saltando por la ventana, y en ese momento un obús explotó al lado del soldado nazi, hiriéndole gravemente y en su lecho de muerte comenzó a pensar que se había convertido en un asesino por una ideología asesina y sintió la necesidad de hablar con un judío y que le perdonase. Solo así podría morir en paz, pero Simon, incapaz de saber si a él le correspondía o no otorgarle ese perdón, se marchó del lugar sin decir palabra.
Cuando volvió al campo de concentración, le comentó a sus amigos Arthur y Josek lo acontecido con el soldado moribundo, porque se cuestionaba si lo había hecho bien o mal, duda que le acompañó durante bastante tiempo.
Arthur y Josek, murieron y él fue trasladado a diferentes campos de concentración. En unos de ellos conoció a Bolak, que era polaco, había estudiado teología y tenía una fe que nunca se quebrantó.
Un día Simon le preguntó atormentado que si debía haber perdonado al alemán moribundo y que si en cualquier caso tenía derecho a perdonarlo, y qué decía su religión al respecto y qué hubiese él en su lugar.
Bolek le contestó que el soldado acudió a él porque veía a los judíos como una sola comunidad condenada y que para él Simon era solo un miembro de esa comunidad y por tanto su última oportunidad para ser perdonado y que murió en paz porque escuchó su confesión y en su lecho de muerte recuperó la fe en su infancia. Ello significó una auténtica confesión aunque no fuese un sacerdote y que así su conciencia se liberó y murió en paz.
Bolek opinaba que si de verdad Simon comprobó que estaba arrepentido, debía haber satisfecho su última voluntad de otorgarle el perdón. Sin embargo, Simon opinaba que a él no le correspondía concederle tal perdón.
La guerra terminó y Simon fue liberado y algunas veces pensaba en el soldado moribundo y finalmente decidió visitar a la madre de éste. Su madre le relató lo bueno que era su hijo, como ayudaba a todos los demás y sus fuertes creencias católicas, pero que todo cambió cuando se apuntó a las Juventudes Hitlerianas, cosa que escandalizó a su marido que ya nunca más quiso hablar con él.
Simon optó por no contarle las atrocidades que había cometido su hijo, porque el último consuelo de ella era la bondad de él y porque sabía que cualquier cosa que le hubiese contado la habría negado. Durante su infancia Karl había sido un gran muchacho pero por seguir a un fanático que odiaba a los judíos (Hiltler) se había convertido en un asesino, que finalmente estaba muy arrepentido de todo el daño que había hecho y quiso redimirse pidiendo perdón en su lecho de muerte.
2.-OPINIÓN PERSONAL
En mi opinión, este libro trata sobre uno de los episodios más deplorables de la humanidad y sobre si se merecen o no perdón, no solo quienes cometieron tales hechos sino en general la ciudadanía alemana. Yo pienso que por las torturas, humillaciones, vejaciones y asesinatos cometidos por los seguidores de un fanático, no debe de castigarse a toda una población y que en cualquier caso, el perdón siempre nos permite seguir adelante y pasar página
3.- OPINIÓN DEL AUTOR: YOSSI KLEIN HALEVI
Este autor, periodista de profesión, explica como él mismo sintió rechazo por todo lo alemán, tratándolos a todos por igual, intentado castigarles por las atrocidades cometidas por Hitler y por los oficiales de la S.S. Con motivo de un viaje laboral a Alemania, conoció a unos jóvenes y les preguntó si se sentían orgullosos de ser alemanes y notó como ellos se avergonzaban, y en ese momento, en lugar de alegrarse por su vergüenza tuvo la sensación de que ya no podía vengarse de los culpables, y les convenció de que esa vergüenza no debía impedirles avanzar.
Este autor, consciente de que los alemanes y los judíos no deben ocultar su pasado, piensa que deben reconciliarse y finalmente aplaude la fuerza moral de Simon Wiesenthal, por haberse comportado misericordiosamente con la madre del oficial de la S.S. En definitiva, considera que el perdón es necesario.
4.- OPINIÓN SOBRE EL AUTOR
Yo coincido con el autor en que fue muy generosa la postura de Simon. Contarle a la madre de Karl todas las cosas horribles que le había confesado su hijo, hubiese sido un daño gratuito que nada hubiese solucionado. Para que la humanidad siga avanzando, el perdón es imprescindible.
10 comentarios:
Estoy en desacuerdo con tu opinión ya que como bien dices no podemos juzgar a una nación entera, pero discrepo en el punto de que podemos ser perdonados y seguir adelante,es verdad, que con algunos casos concretos si podemos ser perdonados pero un caso como el que se habla en el libro no puede ser perdonado.
Coincido en que el perdón es imprescindible en muchos casos pero cuando se hace a la persona correcta, Karl en cambio pidió perdón solo y únicamente a Simón para que este lo perdonase en nombre de todos los judíos cuando a él el conflicto ni siquiera le afectaba directamente demostrando así que Karl solo buscaba el perdón de alguien para irse en paz consigo mismo, no porque lo sintiese realmente. Por eso pienso que este no seria un caso tan fácil de perdonar ya que murió mucha gente inocente a manos de Karl por el simple hecho de tener puntos de vista diferentes a él.
Me encuentro totalmente en desacuerdo ,debido a que si fuera como tú has expresado en tu propia opinión argumentando que el perdón es imprescindible, todo el mundo haría barbaridades ya que todo les sería solucionado con un perdón. Debido a que esto no puede funcionar sólo con un perdón y un arrepentimiento existen las leyes ,condenas y las cárceles que castigan a los autores de estas barbaridades como merecen cada uno en su propio caso.
Estoy totalmente de acuerdo con la reflexión de Paola, ya que tras haber leído el libro y analizar lo ocurrido, pienso que es imprescindible concederle su perdón antes de morir; aunque no creo que sea así en todos los casos. Karl se mostraba arrepentido y pienso que actuó muy en contra de su voluntad, con mente fría en momentos tan duros para todos, tanto judíos que morían como ellos que tenían la obligación de cometer tal atrocidad.
Discrepo totalmente con tu opinión Paola, ya que no siempre con el mero hecho de pedir perdón está todo solucionado, el daño y sufrimiento causado no desaparece al pedir perdón. Además pienso que es injustificable su perdón ya que solo reflexiona en el caso de Simon no en los demás.
No estoy de acuerdo con la opinión de mi compañera Paola ya que con el perdón hace que no nos hagamos responsables de nuestros propios actos. A su vez, no sólo le tiene que pedir perdón a Simón, sino a todos los judíos a los que ha fusilado sin necesidad
Estoy de acuerdo con la opinión de paola , porque como ella dice un perdón sería pasar pagina , y en este caso es muy complicado perdonar algo, que día a día tienes que soportar, sin tener culpa de nada, y Simón, aún perdonando a karl, iba a tener que seguir soportando esos malos actos. Podría perdonar si todo eso hubiese acabado ,pero es muy complicado cuando sabes que nada va a cambiar.
Estoy en parte de acuerdo con la frase de que perdonar hace pasar página pero no se puede atriibuir a todo, y menos cuando han matado a miles de inocentes judíos, se podrá perdonar pero no olvidar.
Estoy de acuerdo con tu opinión. Karl hizo bien al hablar con la madre del soldado y no decirle nada de los actos que hizo su hijo.
No coincido con la opinión de Paola, debido a que Simon no puede actuar perdonando a dicho personaje poniéndose en nombre de una sociedad judía que se había visto perjudicada totalmente en esta guerra. Sin embargo, estoy de acuerdo con su opinión en que hizo un buen acto en hablar con la madre del soldado sin mostrar rencor ni reprocharle lo ocurrido para que ella no sufriera y olvidase los buenos actos de su hijo, pero, a pesar de ello, en mi opinión Karl no merecía el perdón si realizó estos actos de manera voluntaria.
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