viernes, 15 de marzo de 2019

Los límites del perdón. El girasol.


RESUMEN
Simon, un arquitecto judío interno en el campo de concentración de Lemberg, pasa los días tratando de sobrevivir en el infierno que supone su reclusión. La rutina de este lugar se basa simplemente en la humillación, tortura y exterminación de la raza judía por parte de los Nazis, una práctica común para esta raza en la Segunda Guerra Mundial.  A pesar del infierno en el que vivía, Simon pudo entablar amistad con dos prisioneros. Arthur, al que conocía desde hacía más tiempo, abogado y escritor, y Josek, un judío que vivía la religión como algo esencial y fundamental en su vida. Por su parte los alemanes de Lemberg observaban como los judíos sufrían las humillaciones de sus conciudadanos.
Algo rutinario para Simon era mirar el cementerio que se encontraba en frente del campo de concentración, donde curiosamente había un girasol por cada lapida, girasoles brillantes, que reflejaban la luz del día. Era un ejemplo de que ni siquiera la muerte asemejaba a sus compañeros con los alemanes, ni siquiera se dignaban en enterrar sus cuerpos. Un día el protagonista fue trasladado de su labor en los Ferrocarriles al Hospital Militar. Pasando por delante del cementerio. Allí una enfermera lo llevó hasta una habitación. Dentro se encontraba Karl, un voluntario que pertenecía a las juventudes hitlerianas y por supuesto participó en la guerra y las atrocidades sufridas por los judíos. Simon no sabía muy bien porqué se encontraba frente a un Nazi al borde de la muerte por culpa de un obús.
Karl comenzó a contar como se sentía por todas las aberraciones contra el pueblo judío del que había participado. Contó como en alguna ocasión se dedicaron a encerrar judíos en un edificio y comenzaban a tirarles granadas, y como además mataban a todo aquel que intentara salir de ese horror. Pero lo que verdaderamente quería el soldado era el perdón. El perdón de un judío para compensar todo aquello que había hecho. Quería morir en paz y para ello quería el perdón de Simon en representación de todos los demás judíos. Simon escuchó todo lo que el soldado contaba y lo dejo terminar hasta el final aunque no entendía muy bien porqué un Nazi contaba a un judío esta historia pidiendo su perdón. Al terminar toda la historia Simon decide marcharse sin mediar palabra con el soldado, sin perdonarlo, pero sin decirle explícitamente que no lo hacía.
Al volver al campo de concentración Simon compartió con todos sus compañeros lo que había pasado en ese hospital, los cuales, como Simon, rechazaron la idea de perdonar a ese animal por todo lo que hizo.
Cuando el soldado Karl murió finalmente la enfermera que acompaño a Simon hasta la habitación de este, le dijo que asombrosamente el soldado donó todos sus bienes a Simon, a lo que este no daba crédito. Tiempo después de todo esto, fue trasladado a un nuevo campo de concentración, al de Mathausen, del que saldría vivo una vez conseguida la victoria de los Aliados frente a los Nazis. Tras la muerte de Karl, Simon pasa a trabajar en una Comisión de Crímenes Nazis, donde descubrió el paradero del familiar más cercano de Karl, su madre. Simón atravesó un momento de reflexión y se preguntó profundamente si debería haber perdonado a Karl, si merecía el perdón por su arrepentimiento y si él le había negado duramente su compasión. Decidió ir a ver a la mujer y cuando llegó vio como solo tenía palabras buenas para su hijo. A ojos de esa mujer su hijo era un honrado chico, valiente y bondadoso, lo que distaba bastante de la realidad de Karl.  Durante un momento Simon pensó en contar la realidad sobre Karl y sobre su encuentro con él, y abrirle los ojos de su madre, pero finalmente decidió no manchar la imagen de ese hijo honrado, prefirió seguir manteniendo la alegría y sonrisa de esa mujer y dejar las cosas como estaban.

CONCLUSIÓN
Desde mi punto de vista estoy totalmente de acuerdo con la actitud que decidió tomar Simon, porqué en primer lugar no se puede pretender obtener el perdón de una persona perteneciente a un colectivo como fue el nazismo, y en segundo lugar porque una persona así, que voluntariamente se alista al ejército de Hitler, y que realiza esos actos voluntariamente con total conciencia, no merece el perdón de la raza judía. En ningún momento de su vida fue capaz de sentir mera compasión con los judíos, a excepción del momento de su agonía, que al estar la conciencia del soldado con el miedo del fin de su vida, no podemos considerarlo como algo honesto y bondadoso.
Y por último, el dilema de la historia, desde mi punto de vista, no es tanto la voluntad Karl de conseguir el perdón si no la intención por a que él quiere que le perdonen. Su perspectiva es egoísta y normaliza y alardea en cierta medida de los actos  que ha realizado, yo dudo mucho que si las cosas hubieran transcurrido con normalidad y siguieran igual, sin ningún obús que acabara con la vida de Karl, no se hubiera planteado su arrepentimiento. Karl es un joven soldado al borde de la muerte al que le preocupa que su vida después de la muerte este perturbada por unas acciones que, aunque el considere adecuadas y justas, para un supuesto Dios son atrocidades e inhumanidades que, de existir de veras el paraíso, Karl se quedaría a las puestas o en los sótanos de este utópico lugar.

OPINIÓN DEL ESCRITOR JEAN AMÉRY
Este autor basa su opinión personal en porque Simon decide no perdonar al soldado y si los actos de Karl merecen perdón. Para Jean Améry el que Simon no lo perdone  no es una cuestión de justicia o moral, sino de conveniencia y castigo o rencor. Simon no perdona a Karl porque para el este soldado es irrelevante, si en otras circunstancias, con una persona que le haya ayudado a pesar de su condición nazi. Por tanto critica profundamente que la actuación de Simon no se basa en la justicia, sino más bien en la indiferencia y el escarmiento.
Por otro lado, dentro de su clara corriente crítica, cuestiona la necesariedad de esta historia, la necesariedad de este dilema moral en torno a la razón. Para él,  la esencia del texto es moral, y el autor del mismo es claramente político. Wiesenthal basa su carrea en cuestiones políticas y relevantes, no en debates morales y filosóficos. Para este autor no, es una muerte más de un asesino como de tantos otros.

OPINIÓN PERSONAL RESPECTO JEAN AMÉRY.
Mi punto de vista está bastante lejos a la opinión de este escritor. El  debate que resulta del texto son los motivos por los que Simon deniega el perdón de Karl son justos o egoístas, lo principal del debate es si una persona con tales antecedentes merece ser perdonada, y si el perdón de un solo judío es suficiente para conseguir el perdón de toda la raza judía. Si nos centramos solo en Simon lo que se consigue es justificar, o restar importancia a algo tan serio y duro como los crímenes nazis, como este autor afirma al considerar como bondadosos a aquellos nazis que ayudaban esporádicamente a algún judío. Como si se debiera tolerar esas prácticas en las personas que ayudan a alguien en algún momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pienso totalmente igual que Alba Buenafuente porque no se merece Karl el perdón de un judío, ya que participo con los Nazis matando a gente inocente y ahora que esta cerca de la muerte y se siente arrepentido busca el perdón.Eso es de ser un orgulloso e interesado cuando se ve en apuro. Que pena que hoy en día siga existiendo cosas así o peores...