1.
Resumen. El girasol.
Este libro nos relata
el día a día de Simon Wiesenthal, un judío que estuvo recluido
durante cuatro años en campos de concentración nazi. En el campo de
concentración de Lemberg había mantenido una estrecha amistad con
dos compañeros más llamados Arthur y Josep. Todos los que estaban
allí habían sufrido tantas humillaciones que habían perdido su fe
en Dios. Josep era el único que a pesar de todo la mantenía.
Durante un tiempo Simon estuvo
trabajando en los ferrocarriles del Este y su vida allí se hizo un
poco mas llevadera ya que estaban bajo control de la policía del
Ferrocarril y eran un poco más permisivos.
Sin embargo, un día volvieron a
alistarlos y fue enviado a un nuevo lugar, el Instituto Tecnológico
donde había estudiado y se licenció en arquitectura. Pero este
lugar se había convertido en un hospital.
Durante el camino hacia el hospital, él
observaba como la gente los miraba con miedo y desprecio. Pasó por
un cementerio de soldados nazis y vio que en cada tumba había
plantado un girasol. Ésto le llamó mucho la atención y pensó que
cada uno de los que estaban allí eran afortunados ya que tenían un
girasol que los unía al mundo exterior. Sin embargo él no iba a
disfrutar de ese privilegio, puesto que moriría y acabaría en una
fosa común.
Cuando llegan al hospital, una
enfermera se acercó a Simón y le pidió que lo acompañara. Lo
llevó hasta una sala donde se encontraba Karl, un soldado de la SS
herido. El soldado le relató a Simon como había sido su vida y lo
arrepentido que se encontraba de haber hecho sufrir a miles de judíos
y después haberlos matado. Karl quería que un judío aceptara su
perdón para poder morir en paz. Sin embargo, Simon se quedó
perplejo tras escucharlo y salió de aquella habitación sin decir
nada.
Al día siguiente, la enfermera le dice
a Simon que el nazi había muerto y le había dejado todas sus
pertenencias. Él no las aceptó y se las enviaron a la madre de
Karl.
En los días siguientes, comentó con
sus compañeros lo que le había ocurrido en aquel hospital, y
dudaba si hizo lo correcto.
Con el paso del tiempo sus amigos
murieron y el fue trasladado a otro campo de concentración.
Allí seguía sufriendo las mismas
calamidades que antes y pensando que la muerte estaba más próxima.
Años más tarde Simon fue liberado de
los campos de concentración y llega a formar parte de una comisión
que estudia los crímenes nazis. Aún él seguía pensando en aquel
muchacho y se propone buscar a su madre para intentar aclarar si el
soldado fue sincero. Cuando él comprobó que si lo había sido, no
quiso revelarle a su madre como conoció a su hijo. La madre era
mayor y guardaba un bonito recuerdo de su hijo y el que no quiso
borrárselo.
Finalmente Simon nos hace la misma
pregunta que el se estuvo haciendo durante años.
2.
Opinión sobre el dilema moral
Al final del libro Simon nos plantea la
pregunta que él se había planteado durante gran parte de su vida,
¿debería haberlo perdonado o no? ¿Qué habrías hecho tú en su
lugar?
En mi opinión yo no lo perdonaría
porque yo no soy quién para perdonar. Eso queda en manos de Dios.
Como mucho haría lo que Simón hizo,
escucharlo y con ello aliviar su sufrimiento ante la proximidad de su
muerte. Estoy de acuerdo con que expresara su arrepentimiento pero
habría que ver si no estuviese estado moribundo si lo hubiera hecho.
Tal vez debido a su juventud o a su
debilidad emocional fue captado por la organización y no era
consciente de las atrocidades que tendría que cometer. Pero aún
así, es un error que yo no puedo perdonar y menos en nombre de los
demás.
Simon a pesar de haber sufrido tantas
humillaciones supo distinguir entre y el culpable y no culpable, así
cuando fue a ver a su madre comprobó que la historia que le contó
Karl sobre su vida era cierta, pero sin embargo, él no le dijo a su
madre lo que había hecho su hijo. Creyó que ella no debía de
sufrir por los actos de Karl.
3. Opinión del autor - Cardenal Franz
König
El Cardenal Franz König, arzobispo de
Viena, piensa que Simon aunque no perdonó a Karl explicitamente,
cree que sí lo hizo de manera implícita. Es decir, el mero
hecho de haberlo escuchado ya supone para König un perdón.
El cardenal comprende que no hubiese
podido decir “perdón” debido a la situación traumática que él
vivió en los campos de concentración y lo mal que lo ha pasado
durante su vida por culpa de ellos.
Para un cristiano la respuesta a la
cuestión de si se puede perdonar, hay que buscarla en el evangelio.
Donde Jesucristo nos dice que sí. ¿Pero se debe?
4.
Crítica del autor elegido.
Con respecto al autor que he elegido,
tengo opiniones en común y otras en contra. La mayoría en contra
puesto que él si que perdonaría a Karl.
Para comenzar, a König le resulta
estremecedora la historia de Simon, al igual que a mi. Porque después
de leer todas las atrocidades que les hacían a los judíos y la
obsesión que tenían por acabar con ellos, es muy difícil poder
ponernos en el lugar de Simon para tomar esa decisión.
Por otra parte, aunque para los
cristianos siempre debería existir un perdón, en este caso no estoy
de acuerdo porque como bien dice el autor, un individuo no tiene
competencia para poder perdonar las ofensas que ha cometido contra
otros.
El Cardenal entendió el silencio de
Simon como un perdón, aunque lo no dijo literalmente. Según él con
sólo haberlo escuchado a pesar de su desagrado y haberle mostrado
compasión, significa que lo haya perdonado. No estoy de acuerdo con
esto, ya que el silencio de Simon para mi no significa que lo
perdonara sino simplemente tuvo la paciencia y la bondad de escuchar
a un moribundo confesarse de todas las barbaries que había cometido.
Para mi Simon demostró un gesto de generosidad que yo tal vez no
tendría si hubiese estado en el lugar de Simon. Yo no podría
escuchar a un verdugo. No se pueden cometer crimines y luego pedir
perdón. Tenemos que ser responsables de nuestro actos y si nos
arrepentimos, deberíamos de pedir perdón a Dios no a un humano.
6 comentarios:
Por una parte estoy de acuerdo con lo que expone Elvira acerca de si no estuviera este soldado moribundo, habría pedido perdón o no. Eso es dependiendo de cada persona y su consciencia. Pero desde mi punto de vista este moribundo o no, si una persona no siente culpabilidad ante esos hechos no pide perdón y su consciencia esta tranquila , pero en este caso esta persona expresaba sentimiento de culpabilidad y arrepentimiento .
Por otra parte si me pusiera en el lugar de Simón obviamente sentiría mucho odio y rencor por esa persona y como he expuesto en mi opinión acerca del hecho de perdonarle o no , es muy difícil la decisión. Y también hubiera actuado como lo hizo Simón, pero también pienso que hay que ponerse en la piel tanto de Simón como la de Karl, y obviamente hay acciones por parte de Karl que llegan a resultar muy difíciles de perdonar.
Estoy de acuerdo con lo que ella dice porque él no es el responsable de perdonarle ya que quien le debería de perdonar sería las familias de los fallecidos. Mucha personas haría lo mismo que hizo Simón escucharlo y quedarse en silencio sin ningún tipo de comentarios. Al contrario de lo que dice su autor pienso que Jesucristo no es quien debería perdonar a Karl.
No estoy del todo de acuerdo con la compañera porque, aunque por una parte es cierto que el mero hecho de escuchar su confesión le alivia su sufrimiento debido a la proximidad de su muerte, Karl se arrepintió al instante de cometer su delito y pienso que se merecía el perdón. Por otra parte, no estoy de acuerdo con la opinión de su autor puesto que yo no considero que con solo escuchar el delito de Karl se le pueda perdonar.
Sobre la opinión de Elvira y la de su autor elegido hay ideas que comparto, pero también hay opiniones en contra de las mías. Pienso al contrario del autor, desde mi punto de vista puedo asegurar que Simón no tenía ninguna intención de perdonar al nazi y tampoco podía,sus principios no lo permitían.Simplemente se limitó a escucharlo, a tener un acto de educación y bondad como bien ha señalado Elvira.
AL leer la opinión de mi compañera Elvira varias veces puedo asegurar que opinamos igual respecto a la dificultad de dar el perdón según que actos. También estoy de acuerdo conforme a la teoría de que Simon mantuvo el silencio para evitar más problemas y tuvo una paciencia intachable. Al igual a lo que expuse en mi comentario crítico el perdón a tales calamidades es simplemente debido a simple resignación para evitar males mayores.
No estoy de acuerdo con el cardenal Franz porque por el hecho de escuchar el arrepentimiento de Karl no significa que lo estuviera perdonando, si no que se digno a escuchar a este moribundo. Y estoy de acuerdo con Elvira en que no siempre hay que basarnos en nuestra religión para perdonar a alguien.
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