sábado, 3 de marzo de 2018


LOS LIMITES DEL PERDÓN
Resumen:
Simón Wiensenthal cuenta su triste historia sobre su vida en un campo de concentración en Polonia. Él y sus amigos trabajaban en un ferrocarril, pero un día escogieron a 50 judíos, entre ellos se encontraba él, para trabajar en un colegio que estaban utilizando como hospital. En el hospital una enfermera lo guió hasta una sala donde se encontraba un soldado enfermo. Este soldado estaba atormentado por los crímenes en los que había participado en el pasado, el soldado quería confesarse y obtener la absolución de labios de un judío, pero Simón nunca llego a contestarle debido a que esa misma noche falleció. Veinticinco años después Simón fue uno de los pocos privilegiados que sobrevivió al campo de concentración. Una tarde estando con sus amigos se encontró un girasol y le hizo recordar toda la historia, el remordimiento hizo que fuese a visitar a la madre de aquel soldado, estando con la madre de aquel soldado no pudo decirle nada  porque la madre hablaba de su hijo triste por su perdida pero alegre por la gran persona que era y no quería entristecerla. Nunca sabrá si lo que hizo aquel día esta bien o mal, pero ya nada puede cambiar.

EN MI OPINIÓN...
En mi opinión Simón hizo bien al no contestarle a el soldado porque él no puede perdonar algo que a él no le han hecho, es decir el perdón es un acto que debe realizar la víctima de dicha ofensa.
Por otra parte también pienso que el soldado se merece ese perdón porque hay muchos soldados que estaban matando a personas no por oficio, si no por miedo de morir por negarse a hacerlo y el tubo la valentía de pedir perdón por sus actos cometidos en el pasado.

OPINIÓN DE EVA FLEISCHNER
Eva Fleischner piensa que la reacción que tuvo Simón ante el soldado fue la correcta, porque él no era el que tenía que conceder ese perdón, si no que debía ser la persona a la que se le hizo ese mal. Por otro lado también cita la oración del Padre Nuestro para apoyar su argumento, diciendo que dentro de este dice “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, es decir, al no ser Simón la persona que ha recibido esa ofensa no puede perdonar ese mal. También esta autora habla de los gestos y los modos que uso Simón con el soldado que expresaban un perdón que no podía decir con la voz

CRÍTICA/DEFENSA DEL AUTOR
En mi opinión estoy totalmente de acuerdo con Eva Fleischner porque Simón no era quien tenía que perdonarle, Algo que me llama realmente la atención es que se fije en cada mínimo detalle como el de pensar que con sus gestos, su espera y su silencio le expresaba ese perdón que el soldado anhelaba, igual como bien dice esta frase: “Cuando las palabras faltan, el silencio lo dice todo”.       


1 comentario:

Anónimo dijo...

En mi opinión estoy de acuerdo con la autora que a elegido mi compañera y con ella también. Pienso que no le debería de haber perdido el perdón a Simón, sino a las persona que le ha causado ese daño y sufrimiento. Simón no ha padecido por ese soldado, no es quien de perdonar a Karl.