LOS LÍMITES DEL PERDÓN
1-Resumen de la historia.
En plena 2º Guerra Mundial, nos narra la historia de tres personas cuyas vidas se han cruzado en los guetos, los campos de concentración y el holocausto. Son tres personajes distintos llamados Simón, Josek y Arthur pero unidos con el sufrimiento y pensamiento que les llega a plantearse que Dios les ha dejado solos, y que lo único que sienten cuando están cerca de él es la muerte. Para ellos, los nazis son bestias con forma humana, que necesitan desahogar sus frustraciones y sus odios raciales sobre víctimas indefensas: judíos, y otras minorías como los gitanos. Para ellos no queda esperanza alguna, pues lo hecho es tan horrible como para que resulte imposible superar su crueldad. Cada noticia que llega, cada hecho que sucede a su alrededor van apagando sus fuerzas. Por esto el ser humano puede pensar que Dios le ha abandonado, que "está de permiso", pues, si no, lo que estaban viviendo en los campos de concentración no se hubiese producido. ¿Cómo podían ensañarse de esa manera los nazis contra otros seres humanos? ¿Cómo el pueblo alemán callaba y miraba hacia el otro lado con el holocausto? ¿Cómo tenían la falta de solidaridad y de compasión? ¿Era producto de la desidia? ¿De la falta de empatía? ¿O del miedo a la destrucción humana que fue el nazismo?
Simon, es llevado a trabajar fuera del campo a un hospital, y mientras su estancia allí reflexiona al pasar por un comentario de soldados nazis, como en la muerte, aunque todos los seres humanos somos iguales, estos soldados tienen un girasol plateado al lado de la tumba, y para él representa la diferencia con las muertes judías, que son hacinadas y quemadas en cámaras de gas.
Un oficial de las SS, llamado Karl requiere a nuestro personaje en su muerte, pero intentaba exculparse con él, como si lo hiciera con la raza judía. Ahora que le llega el momento de la muerte reflexiona sobre el bien y el mal, de sus acciones en la guerra, de como tuvo que obedecer órdenes que el mismo no quería cumplir, pero que a su pesar lo hizo, y sabe que morirá en paz, sin pedir perdón. Este perdón a nuestro personaje simboliza el perdón colectivo del pueblo alemán, hacia sus víctimas inocentes e indefensas, va más allá del perdón individual y se acompaña del arrepentimiento sincero y profundo, con la cercanía y desesperación de ver como la muerte es el inicio que le espera. Este oficial de la SS simboliza la falta de entendimiento entre el pueblo judío y otros pueblos en la historia. Nuestro personaje no perdona al verdugo porque no quiere perdonar en nombre de otros. Cuando el moribundo se confesó y pidió su perdón, él no contestó y se fue sin decir nada.
Dos años más tarde, cuando la guerra había terminado, Simón había sobrevivido, pero sin embargo sus dos compañeros ya no estaban con él. Incluso después de tanto tiempo, aún seguía pensando en la historia de Karl, y decidió ir a visitar a su madre. Le contó que le había inculcado unos valores religiosos y morales muy buenos a su hijo y que se había alistado a las Juventudes Hitlerianas. Estuvo a punto de contarle a su madre la verdadera historia de todo, pero se dio cuenta que aquello ya no iba a cambiar nada de los sucedido, por lo que decidió guardarse ese secreto para él mismo.
2-Opinión:
Gracias a la pregunta que nos hace Simon al final del libro somos capaces de ponernos en su lugar y reflexionar. Personalmente, en ese momento no sé muy bien cual habría sido mi reacción, pero creo que hubiera optado por lo mismo que hizo él. Después de haber sufrido tanto, y ver tanto desprecio hacia las personas, no creo que nadie se merezca ser perdonado por hacer ese mal. Karl es solo un soldado que ha matado a miles de judíos, y por el simple hecho de arrepentirse ya tiene que ser perdonado y no tener culpa de nada. El perdón solo lo cura el tiempo, y principalmente para perdonar hay que olvidar, pero ese mal vivido en el holocausto va a estar en la mente de Simon hasta el día de su muerte, ya que gracias a todos esos soldados de las SS, él, ha perdido a sus amigos, familiares...
3-Moshe Bejski:
Este autor nos habla de lo rápido que quieren olvidar los ciudadanos del gran mal que ha hecho el holocausto, pero que aún así, se va a quedar en la memoria de aquellas personas que lo han vivido hasta el día de su muerte por desgracia. Por otro lado, nos cuenta su historia dentro de un campo de concentración igual que la de Simon, menos que él no tuvo ningún encuentro con soldados. Por todo los demás sabía por lo que Simon había pasado viendo la muerte de sus familiares y amigos más cercanos y sin poder decir nada, porque de otro modo le hubieran matado a él igual, viviendo con miedo, sin saber si su día de morir iba a ser mañana, en unas horas, o la semana próxima.
Así vez, nos habla de el gran gesto que hizo Simon con la madre de Karl cuando fue a visitarla y solo le dijo lo que la mujer quería oír, sin hacer daño a nadie. Para terminar, Bejski afirma que Simon hizo un gesto por encima de una persona humana, ya que aunque no perdonó a Karl, tampoco lo humilló delante de sus compañeros, él, se guardó ese secreto consigo mismo y siguió viviendo su vida lo mejor que podía después de esos años.
4-Opinión del autor:
Sinceramente, pienso lo mismo que Bejski, debido a que es verdad que el mundo, lo único que quería después de ese holocausto era olvidarlo y que todo siguiera con normalidad, pero era imposible, sobre todo para aquellos judíos que habían conseguido sobrevivir, pero que ahora estaban solos porque toda su familia había fallecido. Del mismo modo, estoy de acuerdo con la reacción de Simon cuando no quiso perdonar a Karl, ya que me imagino que fue una situación demasiado difícil para él. Hizo lo mejor que pudo, fue muy prudente y con ello hizo feliz a una madre que no se merecía saber todo el mal que había causado su hijo, ya que en ese momento no tenía arreglo.
Sofía Alconchel Cano.
1º BACH C.
04/03/2018.
domingo, 4 de marzo de 2018
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2 comentarios:
Tras leer tu punto de vista acerca el dilema moral que se plantea en este libro, he de admitir que no me queda claro cuál es tu postura en todo esto asunto. Primero, dices que “hubieras optado por lo mismo que hizo él”, refiriéndote con ello al silencio que el autor mantuvo, pero poco después afirmas que “por el simple hecho de arrepentirse ya tiene que ser perdonado y no tener culpa de nada”. Aparentemente, ambas afirmaciones resultan contradictorio, mas me figuro que la segunda está escrita desde la ironía, para recalcar justamente lo opuesto, es decir, que el perdón no habría sido lo correcto de haber estado en la piel de Simon, teniendo en cuenta la cantidad de atrocidades que Karl había cometido. En tal caso, sí tendría claro tu punto de vista, que entiendo, y comparto.
Otro aspecto que enseguida captó mi atención al leer tu opinión se encuentra al final, donde sostienes que “para perdonar hay que olvidar”. Realmente, ¿es esto cierto? ¿Está el perdón ligado tan estrechamente al olvido?
Es una pregunta que siempre me ha causado cierta inquietud, pero cuya respuesta finalmente he llegado a comprender. Y es que, para mí, es un error pensar que la prueba del perdón es el olvido; todo lo contrario: el perdón ayuda a sanar la memoria. Con él, el recuerdo de la herida pierde virulencia. El suceso desgraciado está cada vez menos presente y es menos obsesivo; la herida va poco a poco cicatrizando; el recuerdo de la ofensa ya no inflige dolor. Por eso, la memoria curada se libera y puede emplearse en actividades distintas del recuerdo deprimente de la ofensa.
Pero quedarse anclado a ese dolor y rememorarlo con frecuencia no nos ayuda a sanar, sino todo lo contrario: mantiene la herida abierta. Por eso, el recuerdo que hemos de mantener de cualquier ofensa no ha de ser únicamente negativo, pues entonces estaríamos siendo rencorosos, lo que no nos llevaría a ningún lado, sino que hemos de recordar desde una actitud de aprendizaje, de forma que la experiencia nos sirva para mejorar en nuestro día a día.
En conclusión, perdonar NO es olvidar, es recordar sin que te duela.
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