1-RESUMEN DE LA PRIMERA PARTE: "EL GIRASOL"
"El Girasol" es una narración en primera persona sobre la etapa de la vida que marcó por completo a nuestro protagonista, Simon. Esta discurre en el marco histórico de la Segunda Guerra Mundial, en concreto, en el Holocausto.
Simon es un judío, que junto a miles de ellos más, se encuentra sometido a las garras del nazismo, en unas condiciones de vidas infrahumanas. Durante todo este periodo (aunque solo él sobrevive finalmente), le acompañan sus amigos: Arthur, caracterizado por su tono realista e irónico, y Josek, un hombre de valores firmes, regidos por su fe inexpugnable. Sin embargo, para la mayoría de cautivos resulta bastante difícil mantener sus creencias, llegando hasta el punto de pensar que "Dios está de permiso", como se menciona varias veces en el libro. Los prisioneros del campo de concentración acababan por convertirse en hombres sin esperanza alguna, cuyo único pensamiento era imaginar la cruel forma en la que morirían y cuán cercana la muerte les era. Todos -o casi todos- tenían por seguro que, más tarde o temprano, sus cuerpos inertes yacerían en una fosa común, como un montón de tierra.
Y aquí es donde aparece un elemento central, el girasol, divisado por Simon en un cementerio de soldados de la SS durante una salida del campo de concentración. Esta planta adornaba las tumbas de estos militares, permitiéndoles, en cierta manera, seguir en contacto con el mundo. Así que, un pensamiento acude a su mente: ¿Era justo que los nazis, asesinos despiadados, incluso tras la muerte, pudieran seguir gozando de una rememoración, y que ellos, los judíos, terminasen desdeñados en el olvido y sin un rastro de su recuerdo? Y es así como la presencia de los girasoles y, desencadenada por esta, la presencia de la cuestión sobre la justicia, se hace presente en toda la obra.
Más tarde, Simon es enviado en uno de sus trabajos a un hospital, el cual solía ser el edificio en el que cursó sus estudios universitarios. Allí deben sacar la basura proveniente de los quirófanos, un trabajo bastante desagradable. Durante la jornada, una enfermera se acerca a Simon y logra llevarlo consigo, de forma misteriosa, al interior del edificio. Las preguntas bullen en la mente de nuestro protagonista, hasta detenerse ante una habitación. Allí, entre las sombras, Simon distingue un enfermo, absolutamente vendado, en su lecho de muerte. Resulta ser un joven soldado nazi llamado Karl, de buen pasado, que, terriblemente arrepentido y desesperado, le confiesa sus crímenes y le ruega el perdón. Él, sin tener idea de lo que debe hacer, abandona al moribundo y huye, fuertemente marcado por aquella experiencia. Y aquí es donde la obra llega a su clímax y, por tanto, a la principal cuestión moral: ¿Debería recibir el perdón aun sin ser Simon la víctima directa de sus crímenes? Y es que, ¿cuáles son los límites del perdón? ¿Es justo y adecuado perdonar a alguien en nombre de los que sufrieron sus atrocidades? ¿Merece alguien así la absolución por muy pesaroso que se muestre? De ahora en adelante, a pesar del paso del tiempo, estas preguntas atormentarán al protagonista.
Al final, Simon -y no sus amigos- sobrevive al holocausto y se dedica a investigar crímenes nazis, pues sabe que nada volvería a la normalidad de antes. De esta forma quiere buscar justicia, pues él y solo los que vivieron su mismo calvario, comprenden la atrocidad que había llevado a la humanidad a su peor momento.
Igualmente, las preguntas que afloraron en su cabeza en aquellos duros años, siguen acompañando a Simon en el transcurso de su vida, y este es uno de los motivos que lo ha llevado a escribir esta obra, haciendo al lector, a la vez que el protagonista, cuestionarse y reflexionar sobre cómo habría actuado. Es por eso que el autor finaliza esta historia diciendo: "Puedes ponerte mentalmente en mi lugar y preguntarte a ti mismo: <<¿Qué habría hecho yo en su lugar?>>"
2-OPINIÓN PERSONAL
El trabajo de Wiesenthal me parece brillante, no solo por el tema moral, sino por la labor de concienciación que ejerce su obra. Podemos ponernos en la piel de un desgraciado judío forzado a pasar por un infierno en vida; ver desde cerca las barbaries que acaecieron a este colectivo; pensar, durante un rato de nuestras afortunadas vidas -en comparación a las suyas-, como ellos y vernos envueltos en una rutina acechada en todo momento por la muerte.
Empero, es obvio que la cuestión principal acude eficazmente a nuestro pensamiento nada más haber sido presentada. Se trata de un asunto que, en mi opinión, es de difícil resolución. Remitir a alguien de su culpa, si ha sido a ti a quien ha perjudicado, es algo mucho más sencillo: solo depende de ti y de lo que sientas. Pero, como sabemos, el dilema moral planteado es mucho más ambiguo: ¿Cómo dotarse de la suficiente responsabilidad para perdonar a un hombre que ha manchado su bondad con la sangre de tantos inocentes? En mi caso, habría actuado prácticamente igual que el protagonista, aunque sí que le habría expresado mi opinión: habría admitido mi completa impotencia y le habría dicho que, probablemente, si yo fuese una de las afectadas me plantearía el perdón seguramente, mas en el caso real, no sabría si elegir entre el sí y el no.
3-MI AUTOR ELEGIDO: ROBERT COLES
Para Robert Coles, el perdón tiene que ver, en parte, con la experiencia personal. Sostiene que esta influye en nuestros valores y principios, debido a las diferentes vivencias que cada persona ha experimentado, que la llevan a actuar de un modo u otro.
Él fue enseñado desde pequeño por su madre, mediante valores cristianos que acogen la empatía y el perdón. Por tanto, admite que, como ser humano, se habría marchado furioso por los crímenes de aquel hombre, pero más tarde habría rezado por él y por su perdón. Todo resultado del hecho de que Karl no era autor de pecados <<comunes>>, sino de unos mucho más atroces e inhumanos. Esta actitud signficaría la búsqueda de la misericordia y la voluntad por mejorar, sobre todo, para el que debe perdonar o no. Y es que la negación del perdón puede resultar perjudicial. Este autor nos aporta así la visión de que es algo muy difícil de hacer, aunque, al menos, rezar por su absolución sería lo que podría solventar, en cierta forma, el dilema.
Coles no cree que su opinión deba ser tomada como justa o correcta, más bien, él confiesa lo que su experiencia, como al principio he mencionado, le llevaría a hacer, considerándolo la opción más apropiada. Nos dice que es un verdadero reto moral, en el que cada uno barajaríamos diferentes opciones proporcionadas por la historia y por nosotros mismos, con la dificultad del asunto de por medio. Considera que se trata de un caso que roza los límites de nuestra moral y conciencia, indiferentemente de lo que cada uno opine.
Finalmente, Robert Coles expresa la utilidad del escrito para rememorar la barbarie que presenció el siglo XX, y para que, incluso con perdón, esto nos haga reflexionar.
4-CRÍTICA A LA OPINIÓN DE ROBERT COLES
Me siento muy imposibilitada a la hora de buscar una solución a esta cuestión, y es que, en parte, estoy de acuerdo con la opinión de Robert Coles. Ya sea porque, al igual que él, distingo la dificultad del conflicto y considero que la donación del perdón -o no- es algo que depende en gran parte de una introspección crítica sobre lo que pensamos y hemos vivido; es algo que varía según la persona.
Al igual que Robert Coles, el saber que delante de mí se hallaría un nazi (O antiguo nazi), un asesino de tan grande escala, me haría enfurecerme, y más si este rogase perdón ahora que no podría evitar o arreglar lo que hizo. Y también, tras una reflexión, acabaría por querer que este fuera perdonado, sin asumir la responsabilidad que se me exigiría al dárselo yo misma. Pero es ahí, a su vez, donde comienza mi desacuerdo con Coles.
Podría simplemente limitarme a rezar por él, porque verdaderamente lo vería arrepentido, porque verdaderamente sabría que era imposible, por más que Karl quisiese, que las personas que mató volviesen. No obstante, y asumiendo que, desde mi afortunada vida, el amor, la compasión y los buenos propósitos lo tiñen todo, creo que más allá de los ideales que cegaron a Karl, él había sido una buena persona. (Aunque muchos pensarán que sus actos nazis anulan todo lo anterior.)
Me planteo entonces otra cuestión: ¿prevalece así satisfacer el último deseo de alguien que se ha arrepentido de absolutamente todo y quiere morir sintiéndose, al menos, como antes? (siendo ese alguien no más ni menos que un nazi, como bien señala Coles.) Las respuestas que pueden surgir de aquí son variadas, así que, voy un paso más: ¿cambiaría algo, a parte de mí o de Karl, que él fuese perdonado o no? Y al fin creo que he encontrado una posible respuesta para mí, pues tampoco pretendo como Coles hacer ver que es la más justa o la más acertada por excelencia.
Y esta es: no. Que un soldado a punto de morir, lejos de seguir cometiendo crímenes y totalmente apesadumbrado por los que sí cometió en su momento, reciba el perdón no cambiaría nada (exterior a mí y a él). Pero sí, desde mi más sincera y humilde opinión, creo que debería ser perdonado pues al fin y al cabo esto solo influiría en que él muriese en paz, no siendo esta opción válida para cualquier otro nazi (ya que no daría tan claras muestras de arrepentimiento o ni siquiera lo estaría) . Además, yo podría tener la conciencia más tranquila (y no por librarme de este dilema). Simplemente porque, mirando desde el lado más humano, ¿quién va a hacer el bien si no es el contrario al que hace el mal? Para que las personas continúen la búsqueda de un mundo mejor, debemos de mirar por mejorar al ser humano, y mirar por la compasión. Pues, como El Dalai Lama cuenta también en su fragmento, lo que más temo es perder la compasión por los que erran (y con esto no espero sonar altiva ni "farisea"), porque son cegados por el mal y llevados a desperdiciar su vida (y, en consecuencia, muchas más de inocentes en tan vano propósito como era el de los nazis).
En conclusión, quiero decir que el perdón que probablemente otorgaría (cosa que sigo sin tener clara, aun pensando que es la más acertada para mí) no implicaría ni mucho menos el olvido de tan terrible época y suceso como fue el Holocausto. Al contrario, este serviría para hacer avanzar, como ya he mencionado, a la humanidad, de forma que siempre se tuviese en cuenta la grave situación a la que hemos sido capaces de llegar. Así, y con el recuerdo de todas las víctimas que perdieron la vida, la inocencia o la felicidad a causa del nazismo, podremos intentar ser mejores y actuaremos de la forma que sea necesaria para frenar cualquier atisbo de algo similar a la Segunda Guerra Mundial.
lunes, 5 de marzo de 2018
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6 comentarios:
totalmente de acuerdo,aunque en mi caso no se como reaccionaría, yo no he vivido en esa época ni puedo ponerme en el lugar de ningún judío por mucha imaginación que tenga.Probablemnete yo, al igual que tú, le explicaría al nazi que yo no puedo perdonarlo, yo solo puedo perdonar a la persona que me haga a mi daño, no a alguien que le hace daño a otras personas,aunque por otro lado yo esté en su misma situación. Creo que el oficial de la SS quería quitarse el remordimiento de haber matado a personas inocentes y lo eligió a el como representante cosa que no me parece adecuada, hacer que alguien pase por ese mal trago. En definitiva nuestras opiniones son muy parecidas.
Como bien dices, el protagonista no puede opinar sobre las víctimas del régimen nazi. Él no es el representante espiritual de todos los fallecidos durante esta época. En toda tu opinión hay algo con lo que estoy muy de acuerdo, y es con el hecho de darle una explicación al soldado de porque no puede aceptar sus disculpas. Algo tan insignificante como eso a lo mejor le hubiera quitado a Simon de remordimientos y hubiera dejado más tranquilo al soldado en su lecho de muerte.
Por otro lado también entiendo la actitud del protagonista ante esto, ya que después de escuchar todas esas atrocidades, yo tampoco podría seguir escuchando sus palabras e igualmente abandonaría la sala cuanto antes.
Coincido contigo con que Simon hace una gran obra de concienciación porque con esta novela podemos reflexionar sobre muchas cosas, entre ellas la igualdad y principalmente en el perdón. Como tu bien dices es una situación dificil, en la que el protagonista no reacciona ya que Simon no encuentra argumentos ni a favor ni en contra de conceder el perdón al soldado.
Estoy de acuerdo contigo en que avanzaria la humanidad, ¿pero, no crees que le estas otorgando una satisfación a alguien que no la merece?
Estoy de acuerdo contigo en que avanzaria la humanidad, ¿pero, no crees que le estas otorgando una satisfación a alguien que no la merece?
No puedo estar más de acuerdo con lo prestado por Claudia, pues pienso al igual que ella que si deberíamos perdonarlo ya que ello supondría el descanso de la conciencia de una persona que ha hecho el mal pero verdaderamente se siente arrepentido y supondría al mismo tiempo el descanso de la mia. Además creo al igual que ella que el ser humano necesita ser guiado por la compasión para así ser ayudado a convertirnos en mejores personas y avanzar.
Por otro lado pienso al igual que ella dice que el perdonar no significa olvidar y que actitudes así nos deben servir para crecer y evitar masacres similares a la Segunda Guerra Mundial
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