FILOSOFÍA -
LOS LÍMITES DEL PERDÓN - JOSÉ GARCÍA RAMOS 1ºBACH A
RESUMEN
La historia se basa en la vida de
Simon Wiesenthal, en los años que pasó recluido en un campo de concentración o
trabajando en las vías de tren. Simon es un judío que vivió la época del
régimen nazi, y sufrió en su propia piel lo que se conoce como el holocausto
nazi.
La historia comienza contando como es
su vida en el campo de concentración, así como los trabajos forzosos que le
obligan a realizar y donde tenía que dormir. Simon tiene dos grandes amigos allí,
Arthur y Josek, al que le llama “el rabino” debido a que su fe era inquebrantable,
a diferencia del resto de presos, cuya fe se iba perdiendo conforme pasaban los
días.
Aquel régimen era muy duro ya que,
aparte de no comer apenas y trabajar excesivamente, al más mínimo signo de
estar enfermo o tener algún problema, se les mandaba a la cámara de gas o morían
fusilados.
La verdadera trama de la obra
comienza cuando llevan a un grupo de reclusos a trabajar al antiguo Instituto
Tecnológico, cuya función actualmente era servir como hospital para la SS.
Entre los que formaban dicho grupo se encontraba Simon, que recuerda aquel sitio
tras haber estudiado allí arquitectura.
Por el camino se encuentra con uno de
los factores que más le hacen pensar. Al pasar cerca de un cementerio de
reclutas de la SS, ve cómo sobre sus tumbas salen hermosos e enhiestos girasoles.
Esto le lleva a pensar la suerte que tienen ellos, y lo desafortunado que será
él, ya que cuando muera su cuerpo será tirado a cualquier alberca con decenas
de cadáveres más.
Una vez llega al hospital le obligan
a trabajar, pero poco más tarde, una enfermera le pide que le siga y lo lleva
hasta el despacho del antiguo director del instituto, donde se encontraba un
militar de la SS con la cara vendada casi por completo, al cual le quedaba poco
tiempo de vida.
El joven muchacho se llama Karl y,
empezando por cuando era un niño, cuenta cómo se unió a la SS, todas las
masacres y muertes que cometió, y su inmenso arrepentimiento. Se centra en especial
en una masacre en Rusia, en la que encerraron a cientos de judíos en una casa y
la bombardearon con granadas. Mientras el joven militar cuenta su historia,
Simon intenta marcharse varias veces, pero el joven moribundo no le deja irse.
Al final, Karl le dice su verdadero propósito que era recibir el perdón de
Simón en nombre de todos los judíos, para así poder morir en paz. Simón, en
cambio no dice nada y decide irse.
Este hecho hace que Simon no pare de
preguntarse si ha hecho lo correcto, y se lo cuenta a sus amigos para ver que
opinan. Al día siguiente vuelven a ir al hospital, y Simón se encuentra con que
Karl había muerto, pero le había dejado casi todas sus pertenencias. Este las
rechaza y decide irse.
Dos años más tarde, Simon es enviado
a una casa, donde enviaban a personas que no querían, con menos comida aun,
pero sin tener que trabajar. Tiempo después, tras acabar el régimen nazi Simón
es liberado y rehace su vida, aunque sus amigos del gueto habían muerto tiempo
atrás.
Finalmente, decide visitar a la madre
de aquel militar que tanto dilema moral le supuso, y decide mentirle, dejándola
con la idea de que su hijo era un joven muy bueno.
MI OPINIÓN
En mi opinión, Simon hizo lo correcto.
Con esto no me refiero al irse sin decir nada, sino a no haberle concedido ese
deseo, ya que él no tenía la autoridad para poder decidir si aquel hombre podía
morir en paz o no.
Si yo estuviese en esa situación no
puedo ni imaginarme que haría, la verdad. Me pondría muy nervioso y seguramente
o me quedaría sin palabras o le perdonaría sin más para poder irme. Pero
analizándolo fríamente, no es justo perdonar a alguien con tantas muertes y
tanto dolor causado a sus espaldas.
Yo creo que muchas personas, entre
las que me incluyo, si nos tocase vivir algo así lo primero que pensaríamos
seria perdonarlo, recurrir a nuestra humanidad y bondad para darle al hombre
moribundo su último atisbo de luz y paz. Esto sería lo que todos querríamos si
estuviésemos en la situación del soldado.
En este caso la opción de perdonarlo
no lo considero ni una posible opción para Simon. Por muy judío que sea, no
creo que él tenga la jurisdicción necesaria para elegir por los cientos y miles
de personas que pasaron por las balas de aquel soldado. De hecho, creo que si
el soldado estuviese totalmente arrepentido ni se le ocurriría intentar recibir
el perdón de alguien.
Siendo yo Karl, y estando tan
arrepentido como él decía, lo último que haría sería intentar que me perdonen y
así descansar plenamente. Primero sería consciente de la barbaridad que he
cometido y tras esto, acabaría matándome a mí mismo con el arma que empuñe
contra las otras personas.
Por otro lado, si miramos bien la
historia, ha hecho falta que el soldado estuviese al borde de la muerte para
comprobar y darse cuenta de todo el mal que había causado. Por lo que, si no
llega a ser por eso, habría seguido matando a personas y torturando a civiles.
Esto demuestra la poca humanidad y la bajeza como persona que representa, y lo
merecido que tuvo su fin.
En cambio, en Simon si veo reflejada
lo que podemos considerar como una buena persona. Una persona que, antes de
negarle directamente la petición a un hombre en su lecho de muerte, decide irse.
Un hombre que no para de cuestionarse si ha hecho lo correcto o no, lo que
demuestra en cierta manera su preocupación por el soldado, y un hombre, que
habiendo pasado años de su decisión, decide visitar a la madre del soldado para
ver en qué condiciones se encontraba y para que le hablase de su hijo,
dejándola con el consuelo y el pensamiento de que su hijo era una persona
bondadosa.
OPINIÓN DE YOSSI KLEIN HALEVI
Según Yossi no tenemos el derecho de
juzgar a Simon por sus actos. Él ve en Simon un claro ejemplo de humanidad en
el simple hecho de debatir sobre la expiración del soldado.
El autor está totalmente de acuerdo
con la decisión de Simon de no contarle a la madre del soldado la verdad y
arrebatarle su orgullo de madre, que era lo único que le quedaba. Al
desperdiciar esta oportunidad de vengarse “indirectamente”, como dice Yossi,
muestra su moral. Así lo corrobora diciendo que “lo que sucedió allí, no puede
justificar la crueldad de aquí”.
Además de esta idea, Yossi Klein
cuenta cómo cayó en el equívoco error de juzgar y despreciar a todo el pueblo alemán
por lo que un grupo hizo. Así lo dice afirmando que no comía nada del pueblo
germano, no iba nunca y cuando hablaba con algún alemán lo hacía con desprecio.
Pero finalmente en un viaje que tuvo
que hacer a Alemania, cambió de idea al ver cómo el pueblo alemán apoyaba la
causa ayudando a las personas, intentando que no vuelva a suceder algo así.
Esto hizo ver que debía saber superar el odio a los alemanes.
Finalmente, acaba volviendo a alabar
a Simon por no contarle la verdad a aquella mujer, y por mostrar algo que él no
había mostrado, y que a partir de entonces mostraría, con el pueblo alemán,
misericordia.
DEFENSA A LA CRÍTICA DE YOSSI KLEIN
Estoy totalmente de acuerdo con Yossi
Klein, Simon es un claro ejemplo de humanidad, y aunque no puede, ni debe
perdonar al soldado nazi, tampoco debía arrebatarle a su madre la única
esperanza de vida que le quedaba. Como dice el autor, que su hijo hiciese lo
que hiciese no justificaba que él le contase la verdad a su madre.
Simón, por tanto, refleja algo que
muchos de nosotros no tenemos muchas veces, la compasión. Estando él en su
situación supo actuar conscientemente y no torturar a la mujer por algo que no
era culpa suya, en cambio, muchos de nosotros, seguimos criticando y
despreciando al pueblo alemán por lo que pasó hace más de setenta años por una
sociedad corrupta y unas ideas que se alejaban de la moral.
6 comentarios:
Es verdad que para nosotros resultaría "muy fácil" perdonar a un soldado nazi que parece verdaderamente arrepentido; pero ello es porque no nos ha tocado vivir en la situación de Simón, somos privilegiados. Coincido contigo en el hecho de que no tenía la autoridad necesaria para hacerlo, pero sí creo que podría haber hablado solo por él mismo y haber concedido el perdón a una persona al borde la muerte. Yo, personalmente, como he redactado en mi opinión personal, he entendido la actitud de Simon al final como arrepentimiento por no haber perdonado al soldado, debido a las inseguridades que le persiguieron durante años y que hoy en día puede que sigan haciéndolo. Y eso para mí, ha sido una indicación de que en su interior lo perdona.
Estoy de acuerdo con Jose, ya que aunque no pueda perdonar al soldado por sus actos, al menos dejó que su madre siguiera teniendo una buena imagen de su hijo, ya que ella no sabía que actos su hijo había llevado a cabo como parte de la SS.
No estoy de acuerdo en absoluto con tu opinión ya que al igual que te pones en el lugar de los judíos que es muy fácil ya que en aquellos tiempos se cometieron muchos asesinatos de judíos , también te deberías poner en el lugar del soldado ya que este también llevaba una vida muy difícil debido a su familia , sobre todo a su padre que no apoyó a su hijo en absoluto en la vida pero que tampoco le ayudó en su corta vida.Yo creo que esto podría ser una de las razones para meterse en aquella sociedad. Pensó que allí conocería a amigos que lo apoyarían y ayudarían a tomar decisiones difíciles . Además creo que si el soldado estaba pidiendo perdón en aquella situación era porque realmente lo sentía , por tanto creo que todo el mundo en una situación así debería ser pedornado , ya que a las personas les gusta que le perdonen cuando comenten un error.
Estoy de acuerdo con Jose en que no podría perdonar al soldado dadas todas las muertes y atrocidades sobre sus espaldas, y que no tiene la jurisdicción de perdonar en nombre de todos los judíos todo lo que ha hecho.
Estoy de acuerdo con José en la parte en la que opina que para nosotros sería fácil perdonar al soldado ya que no nos ponemos realmente en la posición de Simón, por lo tanto no tendríamos el verdadero poder de saber si perdonaríamos a Karl o no.
Comparto plenamente con la opinión de Jose. Por un lado, creo que Simón no tenía la capacidad ni el poder necesarios como para conceder el perdón al soldado nazi en representación de todos los judíos. Al igual que expliqué en mi opinión personal, coincidimos en que el único motivo que llevó a Karl a pedir perdón por todos sus actos fue encontrarse al borde de la muerte. Pienso como él que, aunque desde nuestra posición la mayoría no lo habríamos perdonado, si nos hubiera tocado vivir esta situación, podríamos haber sido capaces de concederle su última voluntad.
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