Resumen de Los límites del perdón.
En este capitulo llamado "El girasol" del libro Los límites del perdón se cuenta la historia de un judío llamado Simón, un arquitecto, el cual nos relata su historia en un centro de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y una experiencia que le marcó durante toda su vida. Al principio, nos narra un poco de sus días en el centro de concentración con su viejo amigo Arthur y Josek, un judío que había llegado hace poco y era muy sensible y religioso.
Uno de esos días, los guardias se llevaron por grupos diferentes a los judíos para hacer trabajos. Simón fue asignado para el grupo que iba al Instituto Tecnológico, a lo largo del camino pasaron por el cementerio en el que estaban los militares enterrados y en cada tumba pudo apreciar un girasol, eso se le quedo grabado en la mente.
Llegaron al Instituto Tecnológico, una vez allí para empezar con su tarea, una enfermera cogió a Simón y lo llevo a una sala en la que estaba un soldado nazi, llamado Karl de 21 años, que se encontraba en sus últimos momentos de vida y quería hacerle una gran confesión que le llevaba torturando mucho tiempo. Empezó hablándole de su infancia, de su familia, de como llegó a ser soldado y a lo último le contó la experiencia traumática que tubo, terminar le dijo que para poder morir en paz necesitaba el perdón de algún judío. Simón en shock, se quedó en silenció y salió de la habitación de Karl.
Al llegar de vuelta al centro de concentración tras terminar su trabajo allí en el Instituto, fue a contarles a sus amigos Arthur y Josek lo que le había sucedido con el soldado nazi y él preocupado les preguntó si había actuado bien y ellos les dijeron que si, que no se le podía perdonar a una persona que había cometido ese suceso.
Al día siguiente, volvió a ir al Instituto y se encontró a la misma enfermera, la cual le dio la noticia de que Karl había fallecido y le preguntó si quería sus pertenencias, pero Simón las rechazo. Al volver, les volvió a contar lo sucedido y le volvieron a decir que había echo bien de nuevo.
Tras pasar unos años, sus dos amigos Arthur y Josek fallecieron y a Simón se lo llevaron a otra prisión. Allí conoció a otro amigo, un polaco llamado Bolek. Y Simón seguía con lo de Karl en mente, entonces un día tras soñarlo decidió contárselo a Bolek para que le diera su opinión sobre como había actuado Simón y que hubiera echo él en esa situación.
Bolek después de escuchar todo le dijo que al Simón ya haber escuchado a Karl, él pudo morir en paz y también le dijo que el arrepentimiento era parte del perdón.
Al cabo de un largo tiempo, Simón salió de allí y pudo ser libre al fin después de tanto. En ese momento hizo muchísimas cosas y unas de las cosas fue ir a ver a la madre de Karl, ella le contó que era un buen hombre y él en vez de contarle lo que hizo su hijo se lo calló para que la madre no cambiará la forma de pensar en su hijo.
Opinión del autor: Abraham Joshua Heschel.
Él comienza contando una historia de un rabino de Brisk, que sube a un tren y uno de los viajantes lo trata muy mal, al salir el rabino era una persona muy reconocida y el visitante no lo sabia, fue a disculparse pero el rabino no se las aceptó, por lo cual el viajante fue a disculparse unas veces más pero el rabino seguía diciendo que no lo perdonaba, entonces su hijo mayor fue a hablar con él y el le respondió diciéndole que el actuó pensando que era un hombre corriente y por eso no podía perdonarle. Lo quiere dar a entender es que una persona viva no puede perdonar los asesinatos producidos contra otros.
Opinión personal
Mi opinión sobre este capitulo del libro Los limites del perdón es que veo bien que Simón no lo haya perdonado ya que el fue uno de los judíos afectado por la injusticia de la Segunda Guerra Mundial. Por lo menos tuvo el valor de escucharlo después de lo que hizo. Además Karl sabia que ser soldado nazi tenia esa función y aun siguió ahí metido. Además no tiene derecho a tratar así ni hacer inferior nadie y menos por ser judíos. Yo en el caso de Simón no lo perdonaría, además que yo no puedo perdonar algo que no me han echo a mi, pero valoraría mucho ver ese arrepentimiento de parte de él.
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