viernes, 6 de marzo de 2015

Los límites del perdón, Simon Wiesenthal. Resumen y crítica al autor.

Los límites del perdón. El girasol        Simon Wiesenthal 
1.   Resumen.
Durante los años del dominio nazi, numerosos territorios fueron invadidos, y allá hasta donde el largo brazo de las SS (escuadras de protección) se extendía, instalaban campos de exterminio con el único fin de deshacerse de todos aquellos que no poseían los rasgos característicos de la raza aria.
El antisemitismo se llevó al extremo, de tal forma que la comunidad judía estuvo al borde de la extinción a manos del nacionalsocialismo. Los judíos, junto a otras minorías étnicas, eran deportados a campos de concentración donde palizas, y maltratos estaban a la orden del día hasta que llegaba el día en que eran asesinados de cualquier manera imaginable. En este ambiente de hambre, torturas y padecimiento, el protagonista, un joven arquitecto judío nos cuenta sus experiencias mientras intenta sumar, de manera desesperada, un día más a su vida.

La monotonía del día a día junto con los trabajos forzados y la desnutrición llevan a nuestro personaje a desear la muerte muchas veces pero aun así, se siente afortunado dentro del infortunio, y se consuela en el pensamiento de que siempre habrá alguien en peores condiciones.
Los judíos de los campos de concentración suponían una fuente inagotable de mano de obra barata, así el protagonista llega a su antigua universidad, ahora convertida en hospital militar, para realizar labores de limpieza de residuos provenientes de quirófanos. Una enfermera se acerca a él y le pide que le acompañe hasta la habitación de un joven miembro de las SS en su lecho de muerte. El joven soldado le cuenta como se había criado en el seno de una familia católica y que todos sus ideales antisemitas se los inculcaron en las juventudes hitlerianas en las que se alistó a pesar de la oposición de su familia. Una vez alcanzó la edad requerida pasó a formar parte de las SS. El asombro de nuestro protagonista va en aumento ante la situación y algo le dice que no debería estar allí. El joven  moribundo sigue relatando la historia de su vida, y cuenta como en una de sus últimas misiones fue partícipe de una tragedia de la que se siente profundamente arrepentido y necesita contarlo para poder morir en paz.
Durante su paso por un pequeño pueblo cerca del frente, él y sus compañeros, a las órdenes de su comandante, encerraron en una casa a más de 300 judíos, entre ellos niños, mujeres y ancianos, y posteriormente incendiaron la casa quemando vivos a todos los que se encontraban dentro.
El protagonista sabe perfectamente que lo que le cuenta es totalmente cierto, pero le desconcierta y enfurece es el hecho de que se lo cuente a él, a un pobre judío que con suerte seguiría con vida la semana siguiente.
Para su sorpresa el joven militar le explica que siente la necesidad de que le perdone, y así poder morir en paz, pero el protagonista no lo soporta y huye atemorizado.

Pasan varios años y para su propio asombro joven judío, sigue con vida y aun que hace mucho de su encuentro con el nazi moribundo, aún  resuenan en su mente sus palabras con claridad.
Tras la caída  del imperio nazi, los prisioneros de los campos de concentración son liberados, y el protagonista decide visitar a la madre del joven nazi. Pronto consigue dar con ella y se encuentra con una anciana que se sustenta en el recuerdo de su difunto marido y de  su difunto hijo a los que admiraba con devoción. El joven judío no se ve con fuerzas para contarle a la anciana las atrocidades de su admirado hijo y por eso decide despedirse de la anciana.


2.   Opinión de Dorothee Soelle.

Mi autora, una teóloga alemana y judía se remite a la narración de Wiesenthal  y explica como en el libro se enfrentan el si, te perdono y el no te perdono. Ella no sabe muy bien lo que haría e esa situación y cree que en su caso las dos respuestas serían posibles. Para mí, como devoto católico, creo que el perdón es algo a lo que todo el mundo tiene derecho y que va ligado a la propia existencia, pero no sé si en realidad el protagonista tendría derecho a perdonar en nombre de los judíos asesinados.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo con tu autora, las dos respuestas serian posibles, debido a lo que influye en una y en otra.

Álvaro dijo...

Yo creo que el soldado no merece el perdón porque según mi autor y con el que estoy totalmente de acuerdo, el asesinato es imperdonable. ¿Por qué es imperdonable? Porque solo se lo pueden dar las victimas,cosa que en el asesinato ya no viven, por lo cual no se lo pueden dar.

Enrique Cebrián dijo...

Al igual que ha recalcado mi compañero Alvaro no se puede dar el perdón a ese soldado porque la persona apta para ello no se encuentra ya entre nosotros. Y en mi opinión el perdón católico para mi no tiene validez alguna, por el hecho de que una persona se dedica a asesinar personas y en el último momento antes de morir se arrepiente y se le concede un perdon así como así, como si nada hubiera ocurrido a pesar de su arrepentimiento como es el caso de esta obra