El libro trata de un judío internado en un campo de concentración que cuenta como, un día cuando estaba trabajando en un hospital, una enfermera le pide que lo acompañe. Esta lo lleva a una habitación donde se encuentra un joven soldado de la SS moribundo. Este, le pide que lo perdone en nombre de todos los judíos sus crímenes. El judío no le dice nada, lo que le ocasiona remordimientos sobre si lo ha hecho bien o mal.
Al contarle lo sucedido con el soldado moribundo a sus compañeros Simmon obtuvo varios puntos de vista.
El de Josek era que Simmon hizo lo correcto al no decir nada ya que no era quien para perdonarle por algo que el joven soldado había hecho a otras personas.
El de Arthur era que si Simmon le hubiera perdonado, no se lo habría perdonado a si mismo en toda la vida.
El de Bolek era que el joven soldado se merecía el perdón.
El de Simmon era que no sabía si había hecho bien o mal al no decirle nada al joven soldado.
2ª Parte
Dorothee Soelle es una teóloga que imparte clases en Alemania y en la Union Theological Seminary de Nueva York. Entre sus publicaciones se encuentran Choosing Life, Of war and Lov, Political Theology y Beyond Mere Obedience. Es la primera teóloga en ser premiada con la Theodore Heuss Medal por su coraje civil y democrático.
La opinión de la autora Dorothee Soelle sobre el dilema de Wiesental , es que él no debería haber mentido a la madre del joven soldado de la SS . Ya que cuando se estaba confesando el soldado se estaba produciendo un teshuvah (que en hebreo significa liberación). Finalmente ella, duda que hubiera hecho en el lugar de Wiesental, si perdonarlo o no hacerlo.
Yo igual que la autora no sé que le habría dicho a ese joven soldado, ya que nunca me he encontrado en una situación similar. Aunque muy posiblemente le habría dicho que no le perdonaba, debido a que yo no soy quien para perdonarle en nombre de otra persona. Yo siempre he pensado que cada uno de nosotros es dueño de sus actos, el soldado por muchas ideologías que tuviera, bien podría haberse negado a rociar gasolina en un edificio o haberlo incendiado con personas dentro. Si no hubiera hecho el crimen, lo más probable es que le ocasionara muchos problemas pero no habría sido un asesino y no tendría por qué estar pidiendo perdón.
3 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo Melani.
¿Hubieras despreciado tu vida por la de los judias que fueron encinerados dentro de ese edificio? Karl se encontraba en esa situación, estaba entre la espada y la pared y aunque había querido entrar a formar parte de ese ejército voluntariamente, una vez dentro no se esperaba que fuera así, no tenía otra alternativa que obedecer las órdenes de sus superiores una vez dentro. Claro que hubiera sido mejor no hacer lo que el hizo pero una vez hecho ¿qué le esperaba?
Si no lo hubiera hecho no tendría que pedir perdón pero igualmente Karl era persona y como tal comete fallos. Y con su arrepentimiento merece perdón.
yo no estoy del todo de acuerdo contigo mari carmen, porque el dolor que ha cometido el nazi yo creo que es imperdonable. al menos creo que descanso en paz tras confesar su arrepemntimiento
Sólo estoy de acuerdo contigo porque el soldado Karl murió en paz tras hablar con Simon. Estoy seguro que estaba arrepentido de todo lo que hizo y que nunca lo hubiera hecho más. Sus principios inculcados por sus padres en la infancia salieron de sí en sus últimas horas.
El perdón es fundamental para vivir sin rencores y para que exista la paz en el mundo. Los rencores se transmiten de padres a hijos generación tras generación y esto hace que países nunca alcancen la paz.
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