viernes, 25 de febrero de 2011

Los límites del perdón. Débora Mateo

1ª PARTE:

RESUMEN DE LA HISTORIA

Simon es un judío preso en un campo de concentración nazi. Es sometido a los duros trabajos y tratos por parte de los SS. Un día le llevan a trabajar a un hospital del antiguo Instituto Tecnológico. Mientras su estancia allí es llamado por una enfermera que le conduce hasta un hombre a punto de morir. Se trataba de un soldado de las SS cargado de culpabilidad por lo que había cometido contra los judíos. El soldado arrepentido le pide a Simon que le perdone pero él no sabe como reaccionar y decide irse antes de darle una respuesta. Cuando llega al campo de concentración no puede dejar de darle vueltas a lo que ha vivido con aquel individuo y sus compañeros le exponen sus propias opiniones. Al día siguiente, el soldado había muerto y Simon se siente culpable por no haberle perdonado, de ahí que escribiera este libro.

Sus compañeros más cercanos Arthur y Josek le dejan claro a Simon que ha hecho bien en no perdonarle, ya que el soldado había cometido muchos asesinatos y él no era quien para perdonarle en nombre de todas sus víctimas.

OPINIÓN PERSONAL

Pensándolo detenidamente creo que todo hombre debe morir en paz y busca hacerlo sin un cargo de conciencia.

Pienso que se debería perdonar todo, no digo que sea fácil, pero se puede. Este soldado demuestra un verdadero arrepentimiento y probablemente hubiera demostrado un cambio de actitud si hubiera continuado viviendo.

Aunque en ese momento, yo creo que hubiera reaccionado igual que Simon. Me hubiera sentido indefensa, confusa o quizá con rabia para dar una respuesta a su pregunta. Por otra parte pienso que mi perdón no hubiera servido de mucho, porque ¿de qué hubiera servido si a los que asesinó estaban ya bajo tierra?

2ª PARTE:

DEBORAH E. LIPSTADT

Deborah Esther Lipstadt, nacida el 18 de marzo de 1947 en Nueva York, es una historiadora estadounidense y autora del libro La negación del Holocausto. Profesora de Judío Moderno y de Estudios del Holocausto en la Universidad de Emory. Recibió su BA del City College de Nueva York, y su MA y Doctorado por la Universidad Brandeis.

Lipstadt era consultora para el "Holocaust Memorial Museum" de los Estados Unidos . En 1994 fue nombrada por Bill Clinton para el Consejo de Memoria del Holocausto de los Estados Unidos, donde sirvió dos mandatos.

OPINIÓN DE LA AUTORA

Deborah alude al “regreso” una forma de pedir perdón a aquellos a los que hemos ofendido.

Los distintos aspectos que forman parte del arrepentimiento son: pedir perdón a la parte agraviada, y solo en ese momento podremos estar en paz con Dios. Y después de ello, volvernos hacia Dios y decidir no volver a actuar de esa manera.

La expiación sólo se obtiene cuando uno afronta las consecuencias de sus propios actos, los buenos traerán bendición y los malos, castigo.

Ella cree que la pregunta no es si se debía perdonar al soldado sino ¿se podía? Ella cree que no se puede perdonar todo y mucho menos perdonar en nombre de otros.

Por último, opina que no se puede saber con seguridad si el soldado se arrepintió de verdad ya que no tuvo tiempo para demostrarlo.

OPINIÓN PERSONAL

Estoy de acuerdo con la autora en que no se puede perdonar en nombre de otros, pues es una decisión personal del afectado. Creo que se demuestra el verdadero arrepentimiento con tus actos, cuando cambias tu forma de actuar anterior, pero no estoy de acuerdo con la autora cuando dice que no se sabe con seguridad si el soldado estaba arrepentido de verdad pues si no fuese así estoy segura que no habría mandado llamar al judío a confesarle todo lo que había hecho a lo largo de su vida.

En cuanto a lo de que no se pude perdonar todo, ya he comentado antes que por muy difícil que sea creo que se puede hacer. Ello no significa olvidarlo, pero si tomar la decisión de perdonarlo pues no está en nuestras manos juzgar a las personas y estoy segura que así viviremos con la conciencia mucho más tranquila.

2 comentarios:

Pablo Sancerni dijo...

Estoy en desacuerdo contigo en algunas partes, porque algunas personas no se les puede perdonar ni aunque se arrepientan por los actos que cometieron, a lo mejor el soldado solo queria el perdon para morir en paz pero en realidad no estaba arrepentido completamente.

irenegarcia dijo...

estoy de acuedo con pablo porque hay cosas que son imperdonables por mucho que la persona se arrepienta