viernes, 25 de febrero de 2011

LOS LÍMITES DEL PERDÓN- Bárbara Esteban Puyol

SIMON WIESENTHAL
Simón es un judío prisionero en un campo de concentración nazi. Un día trabajando en un hospital fuera del campo de concentración, una de las enfermeras lo lleva a una habitación en la que se encuentra Karl, un soldado nazi de la SS que está a punto de morir. El soldado le cuenta a Simón los asesinatos que ha cometido a lo lardo de su vida y lo arrepentido que está; todo ello con el fin de obtener su perdón, como símbolo de perdón de todo el conjunto judío y poder morir con la conciencia tranquila. Pero Simón lo abandona sin darle ningún tipo de respuesta, acto que le llevará a preguntarse durante toda su vida si ha hecho bien o debería haberlo perdonado. Sus compañeros de campo, lo apoyan en su decisión. El judío decide visitar a la madre de Karl para decirle todo lo que le contó su hijo, pero al ver que ella lo había perdido todo y lo único que le quedaba era una buena imagen de su hijo no pudo hacerlo.

YOSSI KLEIN HALEVI
Halevi nació y se crió en Nueva York en una familia judía. Licenciado en periodismo y participante activo en los esfuerzos de reconciliación Medio Oriente. Fue miembro fundador y junta directiva del ahora desaparecido Foro de Medios de Comunicación, que reunió a periodistas, tanto israelíes como palestinos.

Al principio, este autor se posiciona en contra de los alemanes, hasta el punto de rechazar tanto al país como a las personas de este origen, a las que trataba con desprecio con el fin de que sintieran lo mismo que habían sentido los judíos años atrás. Pero tras una visita a Alemania, su posición cambia y afirma que, aunque no hay que olvidar los recuerdos del pasado, a veces hay que saber superarlos y tener una gran sentido común moral.

OPINIÓN PERSONAL
Probablemente, si yo me hubiera encontrado en el lugar de Simón, habría respondido de la misma manera. En mi opinión, las personas que deben llevar a cabo la decisión de perdonar o no al soldado son aquellas que han sufrido las consecuencias de sus actos; las personas a las que les ha tocado superar la muerte de sus familiares, amigos… Por otra parte, también pienso que el soldado se arrepiente en el último momento y no cuando debería haberlo hecho, es decir, antes de haber matado a esa gente tendría que haberse parado a pensar en lo que hacía y el daño que podía causar; así que, viéndolo de este modo, yo no habría perdonado al soldado nazi.

En cuanto a la opinión del autor, en caso de haber perdonado al soldado de la SS, nunca habría podido olvidar, es decir, los hechos siempre habrían estado ahí y en mi opinión el perdón no habría sido completo, simplemente habría sido perdonado con la intención de que el soldado hubiera muerto en paz y habiendo obtenido su perdón.

3 comentarios:

melani dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que el soldado nazi deberia haber pensado lo que hacia y la consecuencia de sus actos en vez de arrepentirse cuando esta apunto de morir

Belén Escartín dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con la última parte de tu opinión, pues cuando perdonas se supone que haces borrón y cuenta nueva y te olvidas del tema para seguir adelante, si no olvidas es porque guardas rencor y algo de odio hacia esa persona, por lo que el perdón en cierto modo no es de corazón, y como tú has dicho no es un perdón completo.

irenegarcia dijo...

estoy de acuerdo con lo de perdonar, pero segun que cosas hay veces que se puede perdonar pero no olvidar