domingo, 5 de marzo de 2023

Los Límites del perdón-Manuela Gómez Ballesta

 Esta historia tiene lugar en el campo de concentración de Lemberg, en el cual había un hombre llamado Simón de raza judía que convivía con su amigo Arthur conocido de toda la vida y con Josek además de otros  prisioneros judíos. Esto pertenece a la época de la 2º Guerra Mundial.

La historia nos relata la mala vida que tenían los judíos en el campo de concentración, los trabajos a los que se exponían y las condiciones en las que estaban. Tenían como trabajo construir el ferrocarril(estaban esclavizados) hasta que un día los trasladaron a un hospital de soldados, dónde años antes Simón había estudiado ya que era el Instituto Tecnológico. Camino al trabajo pasaban por un cementerio, Simón se dio cuenta que en el cementerio en las tumbas de todos los soldados nazis tenían encima un girasol, el pensó que sería una serie de canal en la que están conectados con sus asesinos que están en el exterior, y se dio cuenta de la diferencia que había entre ellos y su colectivo, ya que los judíos estaban apilados unos encimas de los otros en una fosa común.

Una vez llegado al hospital, lleno de ambulancias y muy cambiado que casi Simón no sabía guiarse por allí, ya que se había convertido en un hospital militar, una enfermera se acercó a el y le dijo que le acompañara, Simón sin saber donde iba y el porque la siguió, le preguntaba a la enfermera pero ella no contestaba. Lo había llevado a una sala donde se encontraba un soldado nazi cubierto por una sabana blanca y en la cabeza un vendaje donde solo se le veía la boca, la nariz, los ojos y las orejas. Estaba en un grave estado a punto de morir. El soldado nazi le pide a Simón que escuche su historia, la cual contaba que el procedía de una familia cristiana con muy buenos valores, oponiéndose totalmente a las ideologías que tenían los nazis, pero en la juventud se dejo influenciar y acabo metido en las SS. Le contó que su  mayor crimen fue a una familia la cual le metieron fuego en la casa y intentaban salir por la ventana las cuales fueron asesinadas. Simón empezó a sentir asco sobre todos los acontecimientos que le estaba contando y quería irse de la habitación, pero el soldado le pidió que por favor siguiera escuchando su historia, al final de tanto insistir Simón se quedo allí. Le dijo que se sentía arrepentido de todas las muertes que había causado a judíos, Simón aunque había decidido seguir allí y escucharlo, no podía perdonar lo que había echo y se fue. Cuando Simón vuelve al campo de concentración se lo cuentas a sus amigos y compañeros y tenían la misma opinión que el, que eso era imperdonable.

Desde ese día pasa mucho tiempo en el cual los dos amigos de Simón murieron, y finaliza la guerra por fin consigue su libertad. Al salir recordó la historia de ese solado nazi en el hospital militar y empezó a darle vueltas a la cabeza si en realidad lo tendría que haber perdonado. Simón fue visitar a la madre de Karl, escuchaba como la madre lamentaba y lloraba la pérdida de su hijo y de su marido, asegurando que su hijo era un buen muchacho pero por influencias de la juventud se había metido en la ideología nazi, Simón tras escuchar a la madre de Karl se dio cuenta de que todo lo que le había contado era verdad. Pensó en si contarle los crímenes que su hijo había cometidos y otras verdades que Karl le confesó a Simón, pero prefirió mantenerse en silencio y no contarle nada, para que esa madre no perdiera la imagen tan buena que tenia de su hijo. Aunque seguía pasando el tiempo y Simón seguía pensando si de verdad tendría que haberle perdonado.

Opinión del autor

La autora de este libro (Eva Fleishnner) esta en duda si perdonaría o no a Karl, porque tendría que vivir la situación y saber desde el punto de vista que los judíos vivían, Ella dice que le recomienda o le manda a sus alumnos este libro, ya que hay distintas opiniones y pensamientos los cuáles hacen que los niños reflexionen un poco y den sus distintos argumentos hacía esa historia.

Critica hacía la opinión del autor

Yo no comparto opinión con esta autora ya que como ella dice que no sabría si perdonar a  Karl, yo creo que no hace falta estar en su vida y pasar esa situación como para saber lo mal que lo estaban haciendo los nazis, porque hacían cosas inhumanas y lo mal que lo pasaban los judíos atravesando esas situaciones tan horribles y espantosas, con lo cual no pondría en duda si perdonarle o no, esta claro que no, vas a perdonar algo que ha martillado y ha producido miles de muerte a los de tu  raza.

Opinión personal

En mi opinión he podido dudar ya que algunas reflexiones de otros autores han sido muy buenas, pero yo no perdonaría una cosa así ya que han causados miles de muertes con los de  tu raza, los han eslavizados, han estado viviendo y trabajando en pésimas condiciones casi sin comer, etc , es cierto que Karl decía que sus padres no le habían inculcado esos valores y pensamientos al contrario, que venía de familia cristiana pero por influencia de la juventud, se centro en el pensamiento nazi y parecía mostrar parte de arrepentmiento pero aún así nunca podría perdonar algo que va en contra de lo mío.

5 comentarios:

Teresa Castelo dijo...

Al igual que tú, opino que Karl a pesar de sus valores, se dejó llevar por la influencia de la juventud y sus valores en la crianza no son excusa para pensar que se le puede perdonar. Estoy de acuerdo contigo y es cierto que los judíos, no voy a decir si deben perdonar o no a los nazis pues no tengo derecho a decidir sobre eso, pero si creo que no deberían olvidarlo nunca todo aquello que pasaron.

Lucía Rodríguez Remesal dijo...

Entiendo perfectamente tu punto de vista y lo comparto ya que yo al igual que tu no le hubiera perdonado, ya que como tu dices ha causado miles de muertes, pero no creo que los valores de crianza tengan una conexión fuerte para la decisión del perdón.

Milena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Francisco José Marin dijo...

Estoy de acuerdo en base a la opinión a mi compañera debido a que coincido en su opinión final debido a que ella explica muy bien el por qué no se merece el perdón del judío, aunque dispuestamente esté obligado por su religión, y lo que me a echo estar de acuerdo con ella en la parte de su critica es en la que explica que no lo perdona debido a todos sus crímenes atroces cometidos. Ella también remarca que no lo podría hacer debido a que va en contra de sus ideales, y teniendo en cuenta su crítica creo que coincidimos en varios ideales.

Marta Mantilla dijo...

Quizás pagar por lo que hizo y no perdonarlo, sin dejarlo morir en paz, sería lo justo sabiendo que esos no eran sus valores enseñados en casa, fruto de la influencia alemana en una edad considerablemente "peligrosa" dónde aún uno no tiene las ideas clara en cuánto al futuro, dónde uno no incluye la posibilidad del arrepentimiento a la larga. Comparto tu opinión, y yo tampoco perdonaría.