viernes, 5 de marzo de 2021

Pedro González Alcántara ''Los límites del perdón'': El girasol

Resumen del capítulo ''El girasol'' del libro ''Los límites del perdón'': 

La historia nos da a entender la triste realidad de la segunda guerra mundial y los campos de concentración a los que fueron sometidos judíos inocentes desde el punto de vista de un judío. Nuestro protagonista, Simon Wiesenthal, fue uno de los millones de judíos atrapados y torturados. A lo largo del capítulo se narra su día a día en el campo de concentración, a la vez que se da pie a la clave del capítulo. 

El capítulo comienza con Simon reflexionando en su litera sobre el día que acababa de sufrir, poco a poco, se va avanzando en la historia hasta que llega uno de los momentos importantes del capítulo, la razón por la cual este se llama ''el girasol''. Dicha razón fue el momento en el que a Simon lo llevaron a un hospital militar, donde se dio cuenta por el camino de que las tumbas de los soldados tenían sobre ellas girasoles, a lo que él pensó que dicho ''lujo'' nunca podría serle otorgado por no haber podido ser soldado.

Cuando llegó al hospital lo llevaron rápidamente a una de las habitaciones en la que se encontraba Karl, soldado alemán gravemente herido en combate. La razón por la que lo llevaron allí, fue porque Karl quería contarle a un propio judío todas sus injusticias, crímenes y asesinatos en contra de los judíos. Simon antes de darle el gusto del perdón, fue a hablarlo con sus compañeros Arthur y Josek. Cuando volvió, Karl ya había muerto sin ese perdón, con el peso del remordimiento que lo acompañó hasta la muerte. Karl de todas formas le dejó a Simon sus pertenencias, a lo que este las rechazó.

Tiempo después acabó la guerra y Simon fue libre, pero perdió a sus compañeros Arthur y Josek años antes de que lo soltaran. A Simon le seguía comiendo la cabeza lo que pasó con Karl y aprovechó para ir a contarle todo lo que su este hizo a su madre, pero cuando llegó el momento se arrepintió y quiso no contarle nada para dejar la imagen de Karl intacta ante su madre.

La historia termina pero con el inconveniente de que Simon no llegó a contar la decisión que tomó respecto a perdonarle o no.




OPINIÓN DE DALAI LAMA:

Dalai Lama defiende que hay que perdonar pero no olvidar independientemente de lo que uno haga para así evitar que se vuelva a cometer más veces gracias a la experiencia. Pone como ejemplo el problema del gobierno chino respecto a la lucha emprendida por el pueblo tibetano por su libertad, donde los tibetanos nunca consideraron a china como enemigo por el simple hecho de no considerarlos indignos de mayor consideración; todo ello, en mi opinión, condicionado por su religión, el budismo.




MI OPINIÓN PERSONAL:

En primer lugar quiero dejar claro que no estoy de acuerdo con la opinión de Dalai Lama. Discrepo rotundamente el hecho de que haya que perdonar a alguien pese a lo que haya hecho, creo que sí se tiene que perdonar a las personas, pero no a toda costa. Bajo mi punto de vista, el perdón dependería de la gravedad de lo que la persona haya hecho, de la actitud que esta muestre (arrepentimiento, indiferencia…) y sobre todo depende de uno mismo, de si alguien esté dispuesto o no a perdonar a esa persona valorando lo anterior con su propio criterio.

También deduzco que Dalai Lama tenga este tipo de opinión por estar ‘’condicionado’’ por el budismo. Sí que es cierto que el Dalai Lama es una persona generosa respecto al perdón por defecto, pero aun así el budismo les condiciona un poco a los seguidores de dicha religión, porque fomenta esa idea previamente dicha de que hay que perdonar pase lo que pase.

De todas formas, que esté en desacuerdo con ese concepto del ‘’perdón obligatorio’’, no significa que esté en desacuerdo con todo lo que Dalai Lama ha defendido con la opinión sobre el texto, porque aunque esté en desacuerdo con eso, el concepto de aprender de los errores para evitar que se repitan es algo que opino que es imperativo en la vida de una persona. Yo por mi parte defiendo muchísimo la frase: Quién no aprende de los errores está condenado al fracaso.

En conclusión, Dalai Lama perdonaría a Karl por lo que hizo, pero por mi parte, valorando las tres condiciones que previamente he explicado, no lo perdonaría, porque aunque se muestre arrepentido, la gravedad del asunto es muy alta, además de que ese arrepentimiento podría estar condicionado por el simple hecho de evitar una vida de sufrimiento y remordimientos en el más allá por la creencia religiosa que tuviese.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pienso bastante similar a ti Pedro, ya que es verdad que hay ciertas personas que piensan que la gente cambia su forma de pensar y su forma de actuar, yo personalmente no pienso eso, hay un refrán que refleja mi pensamiento de buena forma: "el que nace lechón, se muere cochino", es decir que personalmente creo que todos cambiamos bastante poco ya que nacemos y durante nuestros primeros años de vida creamos nuestra mentalidad y personalidad, por lo que no la cambiamos con el paso del tiempo. Me gusta pensar que todos alguna vez requerimos de un perdón, pero pienso también que esto tiene un límite, y yo personalmente, no lo perdonaría por tal atrocidad.