Este libro trata de un judío llamado Simón que se encontraba en un campo de concentración de Lemberg por los nazis durante la segunda guerra mundial. Simón nos cuenta todo el sufrimiento que él vivía cada día en los campos de concentración. Él trabajaba en los Ferrocarriles del Este, pero un día lo tuvieron que transladar a un Instituto Tecnológico, que ahora es un hospital. Durante el camino paso por un cementerio y vió que en cada tumba se encontraba un girasol y eso le sorprendió porque simbolizaba la vida después de la muerte. Una vez que llego al hospital una enfermera le llamó y le pidió que lo acompañara y lo llevó a una sala donde se encontraba un soldado de la SS, que estaba apunto de morir. El hombre que se llamaba Karl, le pidió a Simón si podía contarse su historia, ya que Karl quería contársela a algún judío para ver si podrían perdonarle todo lo que él había hecho.
Cuando Karl le contó todos los errores que él había cometido y mostrarle todo su arrepentimiento, le preguntó si él le perdonaría en el nombre de todos los judíos y Simón sin decirle nada salió corriendo al campo de concentración para contarle todo lo sucedido a sus amigos y ver si él había hecho bien en no contestarle. Sus amigos estaban de acuerdo con lo que Simón hizo. Simón al día siguiente fue a visitar a Karl, pero le dijeron que murió esa noche y que le había dejado todas sus pertenencias, pero Simón las rechazó.
Después de haber pasado años y transladar a Simon al campo de concentración en Mathausen, Simon decidió visitar a la madre de aquel soldado de la SS. Pero Simón al ver a la madre orgullosa de su hijo decidió no contarle nada.
OPINIÓN PERSONAL:
Desde mi punto de vista por una parte si lo hubiese perdonado para que Karl pudiese morir en paz y por otra parte no, ya que aunque Karl haya mostrado su arrepentimiento sobre todo lo que él cometió, lo que hizo es imperdonable. Se puede perdonar pero no olvidar.
ALBERT SPEER:
Como dice Albert creo que no lo perdonaría, y lo dejaría morir sin perdonarle, porque como él dice todo ser humano debe soportar una carga, nadie puede cedérsela a otro.
CRÍTICA ALBERT SPEER:
Sinceramente mis pensamientos coinciden con los de Albert, él no lo perdonaría y lo dejaría morir sabiendo que no le pudieron perdonar, pero yo al contrario, sí lo perdonaría con el simple hecho de dejarle morir en paz, pero en realidad no lo perdonaría.
2 comentarios:
estoy contigo por una parte pero yo si que lo perdonaría puesto que aunque hay cosas que no se pueden perdonar, me gustaría que a pesar del el arrepentimiento que ha tenido toda su vida y el pensamiento sobre todas las personas que murieron, ha tenido el valor de contárselo a una persona judía que no conocía y no sabía si iba a reaccionar bien o mal. Además pienso que si fuera él me gustaría que me perdonaran y me fuera con la conciencia tranquila
Pues yo hay no coincido con ustedes en eso de perdonarlo antes de irse, ya q el sabe todo lo que ha hecho y aunque lo perdones siempre se va a quedar con esa espina por todo lo q ha hecho y todas las personas que ha matado
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