Resumen del libro.
La obra -basada en un hecho real- que me dispongo a comentar se desarrolla en un campo de concentración dónde Simon, nuestro protagonista y uno de los judíos reclusos en dicho lugar relata las torturas y vejaciones que allí se producen.
Un día, Simon y algunos de sus compañeros son trasladados a un hospital dónde, antiguamente se encontraba el Instituto Tecnológico, convertido en hospital militar durante este periodo de guerra. En el camino de ida hacia dicho lugar , se queda estupefacto al contemplar los girasoles colocados sobre las lápidas de los soldados alemanes fallecidos. Afirma que él nunca podrá disfrutar de tal reconocimiento. Al llegar al hospital, una enfermera lo dirigió hacia el despacho del Decano, donde se encontraba un soldado de la SS, Kart, vendado y en sus postrimerías.
Kart se confiesa con Simon, narrándole, de este modo todos los crímenes cometidos por él y su posterior arrepentimiento, ya que él se alistó voluntariamente en las SS, desconociendo la masacre y el exterminio que iba a llevar a cabo Alemania durante esos años. Nuestro protagonista, enojado por las declaraciones del soldado moribundo abondona la habitación. Cuando llega al campo de concentración, les cuenta a sus compañeros, Arthur y Josek, lo acaecido. Sin embargo, Simon se encuentra dubitativo sobre el abatimiento de Kart. Al poco tiempo, cuando Simon regresa al hospital, éste logra enterarse de la muerte del soldado, heredando Simon sus pertenencias.
Cinco años después, Simon es destinado al campo de Mathausen, dónde se relaciona con Bolek, un preso judío de profundas creencias. Simon le detalla el encuentro con el soldado moribundo.
Al ser liberado Simon, éste recuerda los girasoles que adornaban las tumbas de los combatientes alemanes, y de este modo, decide acudir a ver a la madre de Kart. En su encuentro, Simon no le cuenta a la persona antes mencionada las atrocidades cometidas por su hijo, consiguiendo que esta mujer conserve una buena imagen de su malogrado vástago.
Opinión del autor. (MANÈS SPERBER)
Este hombre afirma que él hubiera perdonado al soldado alemán, aunque es cierto que ese momento fue una difícil coyuntura para Simon. Aún así, eleva el concepto del "
perdón hacia unas significaciones totalmente éticas y filosóficas, comparando este acto con el que emprenden las grandes naciones de manera indirecta.
También, según él, es necesario que el malhechor en cuestión se juzgue sí mismo, que cargue con el peso de la culpa que lo atormenta y, de este modo, poder ser liberado de dicha aflicción, aunque nunca se vaya a olvidar el acto cometido por el susodicho.
Opinión personal.
No quiero extenderme en demasía, ya que comparto la opinión de Marnés.
Desde mi punto de vista es necesario el perdón tanto para Simon como para Kart, ya que este acto libera a los dos; descarga el odio de uno y la tristeza de otro. Es totalmente necesario, porque si el perdón no se llega a producir, difícilmente podrán retomar el camino de la vida con total normalidad, siendo este concepto muy dificultoso de hacer realidad.
1 comentario:
Respetando tu opinión, decir que yo no pienso igual. Tu dices que el perdonar liberaría a los dos a Karl y a Simon, pero no pienso que eso fuera así. Ponte en ese supuesto caso en el que Simon lo perdona, con probabilidad al contarle la historia a sus amigos, se sentiría culpable por haberlo perdonado. Pensaría que fue un egoísta, por no pensar si las víctimas hubieran querido eso, y sus compañeros lo verían como tal. Entonces no se liberaría la culpa, solo pasaría de Karl a Simon, sin tener este ninguna responsabilidad en las muertes.
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