lunes, 6 de marzo de 2017

los limites del perdon Juan Carlos Asencio Madrid

RESUMEN del libro:: limites del perdon

Un día, mientras estaba recluido en un campo de concentración alemán, Simon Wiesenthal fue conducido desde su puesto de trabajo hasta el lecho de un miembro de las SS que estaba a punto de morir. Atormentado por los crímenes en los que había participado, el soldado quería confesarse y obtener la absolución de labios de un judío. Este extraño encuentro y el dilema moral que le produjo desencadenó una serie de cuestiones morales sobre la posibilidad y los límites del perdón. ¿Podemos y debemos perdonar a un criminal arrepentido? ¿Podemos perdonar los crímenes cometidos contra los demás? ¿Cuál es la deuda que tenemos con las víctimas?
Veinticinco años después, Wiesenthal preguntó a un grupo de famosos intelectuales qué hubieran hecho en su lugar. Una vez recopiladas todas las respuestas en un volumen, éste se convirtió en un clásico de la literatura sobre el Holocausto y en una piedra de toque del debate moral entre las distintas religiones. Esta edición revisada incluye cuarenta y seis respuestas (diez de ellas extraídas del libro original) aportadas por eminentes teólogos, líderes políticos, escritores, juristas, psiquiatras, activistas pro derechos humanos, supervivientes del Holocausto y testigos de los genocidios de Bosnia, Camboya, China y Tíbet. Sus respuestas reflejan a la perfección sus diferentes doctrinas --judía, católica, budista, musulmana, secular y agnóstica-- y nos recuerdan que la pregunta que Wiesenthal les planteó nunca podrá limitarse a los acontecimientos del pasado.

resumen del autor: Sven Alkalaj

 Sven Alkalaj, nacido el 11 de noviembre de 1948 en Bosnia, es el actual Ministro de Relaciones exteriores de Bosnia y Herzegovina. Es uno de los judíos más representativo de Bosnia-Herzegovina. Sven Alkalaj ha luchado siempre por evitar actos como el genocidio que sufrió el pueblo bosnio y con el cual se vio relacionado durante casi cuatro años.
Este autor, de origen bosnio, compara la situación de Simon con el genocidio que sufrió Bosnia, o el holocausto. A él no se le olvida lo que le ocurrió, y tiene una frase muy significativa: "si no se reconoce lo que sucedió, nunca se podrá perdonar". Es decir, según esto Simon debería perdonar al moribundo ya que reconoció lo que había hecho. Pero esto no siempre es así. No solo se debe tener en cuenta el reconocimiento de lo sucedido, sino también el castigo a los culpables para conseguir estar en paz.
Sven Alkalaj perdonaría a aquel que se haga responsable de lo que hizo, siempre y cuando este fuese condenado por todo lo que hizo tanto él como todos los que son como él. 
 
opinion personal
 
 Si, personalmente, se me presentase esta situación tendría que valorar diferentes aspectos antes de decidir si perdonar a alguien como el moribundo de las SS. En primer lugar, hay que tener en cuenta que alguien que no ha estado en esa situación, no puede saber lo que se siente y lo que se vive. Pero, al margen de esto, el perdón dependería de como hubiese pasado la época del campo de concentración. Si estaba allí y en malas condiciones, era por culpa de gente como ese hombre. Sin embargo, ese hombre también tenía una parte buena: había reconocido su culpa, era su última voluntad, etc.
En mi opinión, y si de mi dependiese, yo no habría perdonado al hombre porque por mucho arrepentimiento, voluntad o sentimiento de culpa; ha matado a gente que no había hecho nada. Es más, creo que si no hubiese estado en sus últimos días, él habría seguido con su trabajo.

El girasol

Este libro trata sobre los campamentos nazis y los pobres judíos que eran prisioneros destinados para morir. La obra la cuenta un joven llamado Simon, que por lo menos a mi me pone la piel de gallina. Simon dentro de las trincheras o el barracón tenía dos amigos, los cuales eran Arthur y Josek. Los tres eran Judíos aunque el más creyente de los tres era Josek. Los nazis pegaban a los Judíos que eran esclavos que esperaban su muerte sin ninguna esperanza. Todos los días trabajaban explotados y comían muy poco y de mala calidad. En aquella época mandaban los rusos. Todo esto pasaba en un pueblo llamado Lemberg.

Los askaris eran como los jefes de los judíos, si veían a algún judío que no cumplía las normas lo mataban sin pensarlo. Un día los askaris hicieron grupos y separaron a Simon de sus compañeros Arthur y Josek. Lo separaron porque cada uno tenía ahora un nuevo destino para su trabajo y después del trabajo todos volverian al barracón, en todas las caminatas se veían a los judíos cantar, no porque quisieran, si no porque eran obligados por los askaris. Ese día yendo de camino a trabajar, cruzaron por enfrente de un cementerio, cada tumba tenía un girasol brillante, esto le llamó demasiado la atención a Simon que no lo olvidaría jamás. El pensaba que hasta los muertos tenían mas vida que ellos, parecía como si los girasoles se relacionaran con ellos y le dieran luz, cosa que con el no pasaría porque cuando muriera lo enterrarian en una fosa común y no tendría un girasol en su tumba si no que derrocharian miles de cuerpos más de judíos por encima de él. Antes de ser prisionero Simon había estudiado y era arquitecto . Todo esto antes de que los rusos acabaran con todos ellos, Cuando iban por las calles de camino al trabajo miraba a las personas que hacían vida normal para ver si conocía a alguno del colegio. Ese día lo llevaron a un lugar que le resultaba muy familiar, donde él estudió. Pero ya no era un centro de estudio si  no donde llevaban a los heridos para que murieran.

El trabajo que le asignaron a el y a sus compañeros era de limpiar los contenedores que tenían todo tipo de cosas relacionado con enfermos, sangre... Había muchos contenedores. Una enfermera se le acercó y lo llevo hacia un lugar, todos los pasillos reconocía ya que estudió allí.

Lo llevo hacia una sala donde habitaba un hombre a punto de morir, estaba totalmente vendado y se le veían manchas amarillas. La enfermera los dejo solos y se quedó vigilando en la puerta, Simon no entendía lo que pasaba y se quería ir. Este hombre empezó a narrar su historia. En resumen era un nazi que había matado a muchas personas pero el decía que no era así. Le contó todo sobre su familia, tenía una carta que contenía una dirección. Se instalo en las Juventudes Hitlarianas aunque a sus padres nunca les gusto esto. Mató a muchos judios y no quería morir con eso dentro sin que le perdonasen. Le contó una historia con un niño al que llamó Eli. Un niño inocente como todos. En fín, la enfermera trajo a Simon hasta aquí porque este hombre de 21 años iba a morir y no podía morir tranquilo sin el perdón de un judío. Cuando este hombre le pedió perdón, Simon conmocionado con lo sucedido abandono la sala sin respuesta.

Al llegar al barracón le contó la historia a sus amigos Arthur y Josek. Josek le dijo que había echo bien en hacer eso. Con Josek se podían hablar las cosas más que con Arthur. Al día siguiente Simon partía pensativo hacia el trabajo viendo de nuevo esos girasoles. Ese día la enfermera fue en su busca aunque no quería que sucediera lo mismo. Lo encontró y le dijo que el hombre había muerto y le dejo todas sus pertenencias a él menos un reloj que era para su madre. Simon las rechazó. Al encuentro con sus amigos les contó lo sucedido y Josek dijo de nuevo que lo había echo bien.

Al cabo de 2 años Arthur y Josek ya habían muerto pero el seguía vivo esperando su muerte. Ya no estaba en el lugar de antes sin no en una camara de gas para los que iban a morir. Con el sse encontraban muchos más judios aunque caían como moscas por su mala salud. Al final fueron liberados y Simon también.

Un dia fue a la direccion que ponía en el papel porque se acordaba, la ciudad era Stuttgart, Era un casa casi sin vida en un barrio muerto. Llamó a la puerta y abrió una anciana, era viuda y si era la madre del hombre. Se presento alli para decirle que conocía a su hijo y que le habló de ella. La anciana le habló todo sobre su hijo y el escuchaba atentamente, Cogió un cuadro y contempló la foto del hombre ya que no lo pudo ver por las vendas. La madre habló maravillas de él pero entonces Simon para no dañarla más no le conto todo lo que él le había contado y se quedó con eso para él.

La conclusión final y con la que se quedó Simon para toda su vida era... ¿Perdonarías a un nazi por todo lo que ha echo y familias que ha destruido por muy arrepentido que esté?  Piénsalo bien, todos somos personas pero tampoco deberiamos de ser tontos...

Opinió del autor Theodore M.Hesburg

 Este sacerdote dice que quién es el para aconsejar a uno de otra religión sobre lo que debe de hacer. Ya que es un sacerdote dice que lo perdonaría ya que es su trabajo, todos lo días perdona a personas que han echo cosas que no están bien pero como dios lo perdonaría todo pues, en este caso, el hace lo mismo, perdona a todo aquel que vaya a confesarse al seminario pero también perdonaría a este nazi, porque el lo que hace siempre es perdonar. Aunque el dice que es fácil tomar el la decisión, pero que si fuera Simon como lo ha vivido pues la cosa cambiaría y no sería igual de fácil aunque tambíen cree que sería capaz de perdonarle.


Mi opinión

Bueno para empezar esta decisión es muy difícil para mi, imaginate para Simon... Pero he llegado a la conclusión de que no lo perdonaría. Todos somos personas pero en este cuento se ha demostrado que algunos son mas personas que otros por desgracia. El hombre que pide perdón ya que ve cerca su final ha comenzado a recapacitar y a ver las cosas de otra manera, dandose cuenta de que todo lo que ha echo está muy muy mal. De todo esto se debería de haber dado cuenta antes, el lo hizo porque quiso, nadie le obligó. Imaginate que ahora nuestro país hace lo mismo y mi familia y yo somos judíos, ¿Crees que perdonaría a alguien que está en la misma situación que ese hombre? Habiendo matado a miembros de mi familia.. Sin dudarlo no tendría compasión con él igual que el no la tubo en su momento. Debemos saber perdonar si, pero también debemos de hacer justicia sin hacer daño físico, con no contestar o simplemente decir que no sería suficiente. Con esto quiero decir que debemos aprender a ser duros con quien se lo merece, seguramente que nosotros hemos sufrido mucho más que aquel que se acerca pidiendo perdón. Sin ninguna duda, no perdonaría a una persona que tuvo tanta sangre fría en su momento, sin tener como he dicho antes, compasión con lo que hizo.


MARIO CHICA ARCAS

viernes, 3 de marzo de 2017

LOS LÍMITES DEL PERDÓN. EVA PAREDES PERALTA

Los límites del perdón. Los Girasoles.
La historia da comienzo en el campo de concentración de los nazis, donde Simón, quien relata la historia, critica los difíciles y largos días en el campo junto con su viejo amigo Arthur, y Josek. El protagonista, detalla las inconcebibles  fechorías que los alemanes de la SS les hacían para humillarlos por el simple hecho de ser de raza judía, y por lo tanto se consideraban inferiores y no humanos.
El relato prosigue con lo que un día les sucedió. Un cabo de la SS escogió a aproximadamente cincuenta judíos, entre los que se encontraba Simón,  para llevarlos  al Instituto Tecnológico donde debían llevar a cabo un desagradable trabajo. De camino, Simón echó una ojeada a algo que le cautivó. A un lado de la calzada había un cementerio en el cual se levantaban lÚgubres tumbas. Todas tenían algo en común, en el centro, como si quisieran alcanzar el azul del cielo, se alzaban espléndidos  girasoles que aportaban algo de júbilo a aquel entorno tan extinto. Ésto le dio qué pensar a Simón.
Una vez se hallaban en el antiguo edificio, una enfermera se acercó a Simón cautelosamente y le hizo una pregunta que lo desconcertó por completo. Ésta le preguntó que si era judío, él afirmó algo desconfiado. Seguidamente, la sanitaria le indicó que dejase el trabajo que elaboraba y le indicó que la acompañara. Lo guió hasta una habitación donde quedó a solas con un hombre desconocido. Éste mostraba claras señales de que había estado en la guerra, puesto que se dejaba entrever que le restaban pocas horas de vida y,  además  tenía el rostro cubierto por un vendaje. Estaba ciego.
El nombre del invidente era Karl. Éste, detalló su vida al impaciente y desconcertado Simón. Comenzó diciendo que, en mejores tiempos, había pertenecido a la SS. Hizo un breve repaso de su despreciable  vida. Al fin descubrió el porqué de que hubiese hecho llamar a un judío. Karl admitió estar arrepentido por la vida que había llevado y por todo el daño que había hecho a tantas familias inocentes. Con sus palabras, antes de exhalar uno de sus últimos suspiros, suplicó un perdón, quizás algo tardío e incluso injusto. Simón, cansado, decidió marcharse sin dar respuesta.
Tras la cena, le contó lo sucedido a sus compañeros. Éstos pensaban que había hecho lo correcto demostrarle insensibilidad.
Ésta historia hace aflorar una cuestión con ardua respuesta, ¿Debía tener piedad con alguien el cual asesinó, sin razonable motivo, a tantísimas personas a pesar de su arrepentimiento?







Eva Fleishner
El texto que me dispongo a comentar es de la autora  Eva Fleishner. Dicha literata, justifica que ella no puede responder cuando le hacen la peculiar pregunta de si ella perdonaría a los integrantes de la SS como Karl. No puede por el simple hecho de que, principalmente porque no estuvo allí y también porque no pertenece a la etnia judía (Línea 4 y 5).
Seguidamente comenta que en realidad, Simón sí da una respuesta a Karl, no de manera oral, pero sí con sus acciones. Es decir, demuestra que de alguna manera acoge su arrepentimiento porque sí que es cierto que entró a la habitación de manera no voluntaria, pero después el marcharse o no era su propia decisión y a pesar de todo se queda y escuchó las palabras de Karl. También se deja entrever cuando Simón deja que Karl coja su mano y cuando el joven judío tiene el gesto de apartar la mosca del rostro del  nazi y decide no romper los esquemas que la madre de Karl tenía sobre él ocultándole parte de la realidad. (Línea 10 a 19).
Como conclusión, manifiesta que, bajo su punto de vista, si estuviese en la piel de Simón y necesitase dar una respuesta a Karl, callaría y no diría nada, puesto que ella no puede responder por el sufrimiento que han padecido otros, es decir, que sólo las víctimas de Karl estaban en disposición de perdonar.



Opinión personal
Como opinión personal, debo añadir que, a pesar de estar educada en la religión católica y no en la judía, mi criterio es que  una persona que ha hecho padecer en abundancia  a tantísimas personas (y para más inri, sin razón o fundamento verídico) no tiene perdón existente, a pesar de su tardío arrepentimiento.

Eva Paredes Peralta. 1º Bachillerato B. 03/03/2017


LOS LÍMITES DEL PERDÓN
  • RESUMEN
   El libro, titulado Los Límites del Perdón. El girasol, se remonta a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, concretamente en el campo de concentración de Lemberg (Polonia). Nuestro protagonista y a la vez narrador de la historia es Simon Wiesenthal, un joven arquitecto judío. Nos narra su día a día en el campo junto a dos de sus compañeros: Arthur, un abogado y escritor con el que compartió estudios en el Instituto Tecnológico; y Josek, al que llamaba “rabino” por su fe inquebrantable, aunque este solamente fuera un hombre de negocios.
   La historia comienza alrededor de una frase que Arthur había escuchado de boca de una anciana del gueto: “Dios estaba de permiso”. A los prisioneros se les permitía, a veces, salir del campo de concentración e ir al gueto, de donde traían información sobre la guerra.
   Había distintos trabajos para los presos, el más anhelado era en los Ferrocarriles del Este, donde sentían cierta “libertad”.
   Esta narración da un giro argumental cuando el protagonista es destinado al Hospital de Reserva, el antiguo Instituto Tecnológico. Durante el traslado al susodicho hospital hay un hecho que lo marca y a la vez le cede el nombre al libro: los girasoles en las tumbas de los soldados fallecidos, que hacían llegar luz y mensajes a los fallecidos y las mariposas que revoloteaban entre ellos eran como visita a los mismos. Con este pensamiento comenzó a envidiar a aquellos soldados, ya que tenían algo que él nunca tendría, una tumba, él pensaba que acabaría en una fosa común.
   Lo que Simon no imaginaba era la situación tan surrealista que iba a vivir en el hospital. Karl, un nazi moribundo, solicita su presencia para confesarle un terrible secreto que le atormentaba. Simon sin saber por qué accede y sentado en su cama comienza a escuchar la historia del nazi, siendo con ello testigo de todas las atrocidades que había cometido y reviviendo a la vez su propio recuerdo.
   Lo que más torturaba al soldado era la imagen de una familia de judíos saltando por la ventana de un edificio que habían incendiado y a los que él mismo ametralló, todavía recuerda la cara del niño cayendo inerte.
   Wiesenthal presentía que había arrepentimiento en sus palabras, el sólo hecho de hablar con él, un judío, lo confirmaba y aquí es donde el dilema comienza ¿debe de perdonarlo? Nuestro protagonista experimenta una serie de sentimientos encontrados y lo que decide es marchar en silencio, este silencio es el que lo torturará durante años.
   Esta experiencia se la cuenta a su fiel compañero Arthur, que le felicita por su actuación, el arrepentimiento de aquel hombre era parte de su castigo.
   Las pesadillas atormentaban a Simon y al día siguiente se le comunicó que el soldado había muerto dejando un fardo con sus pertenencias para que estas fueran llevadas con su madre. Pero Wiesenthal rehusó y se marchó.
   A partir de aquí hay una brecha temporal, pasan dos años, mueren todos los conocidos de Simon, que es llevado al campo de concentración de Mathausen, donde conocerá a Bolek, un seminarista cristiano que quitó la venda de los ojos a nuestro narrador: todo arrepentimiento ha de ser perdonado.
   Cuando consigue su anhelada libertad, Wiesenthal se incorporó en la comisión para investigar crímenes nazis.
   Tras unos años, en 1946 el encuentro con girasoles le hace recordar una deuda que todavía tenía pendiente. Viajó a casa de la madre del Karl, allí confirmó que la historia que el joven le contó era cierta, fue un buen muchacho adoctrinado para hacer el mal.
   A los supervivientes de aquel horror se les aconsejaba que perdonaran a sus torturadores y que guardaran silencio, cosa que él había hecho ante la confesión del nazi y ante su madre al no contarle quién era verdaderamente su hijo. También había silencio en las personas que los veían desfilar hacia los campos de concentración, por lo tanto hay muchos tipos de silencio.

  • AUTOR: LAWRENCE L. LAUNGER

   Este autor tiene una opinión que no diverge mucho de la mía, más bien podría decir que son prácticamente iguales, pero nos separan algunos matices. Expresa indignación por el uso que le damos a los vocablos según nos conviene, para así intensificar o disminuir el índice de gravedad de algún asunto, como es el caso del soldado. Bolek tacha el crimen atroz cometido por el nazi como “ofensa” y además hace uso de los tópicos que solemos utilizar para exculpar a alguien moribundo. Explica cómo el nazi al hacerle esta confesión deja recaer todo el peso sobre el judío, y finalmente parece que el protagonista es el culpable de todo por no perdonarle explícitamente cuando realmente el que cometió los crímenes fue el soldado. Para concluir Lawrence plantea como cuestión principal del libro el por qué Karl se afilió a las Juventudes Hitlerianas en contra de los deseos de su familia.

  • OPINIÓN PERSONAL

   Forjar una respuesta clara en este asunto es una tarea sumamente ardua por no decir imposible. Nunca puedes saber cómo vas actuar en una situación tan extrema como a la que se ve sometido Simon. Esta respuesta dependerá de la solidez de tus creencias, de tus ideales. ¿Todo merece perdón? ¿Ese arrepentimiento no estará influenciado por la cercanía de la muerte?
   Como Lawrence explica no podemos reducir al simple hecho de “ofensa” el asesinato de miles, millones de personas inocentes por simples cuestiones de raza y religión. En el caso del soldado el hecho que realmente le atormenta es el asesinato de aquella familia a la que ametralló sin un ápice de piedad, suspendiendo aquí la prueba moral que Launger le impone. Pero, ¿cuáles eran los verdaderos motivos por los que disparó el soldado? No conocemos las circunstancias de Karl; un soldado no puede desobedecer las órdenes de un superior, quizás amparándose en este hecho y la posibilidad de que le acarrearía consecuencias, de algún modo le traspasa la responsabilidad moral al superior, ¿no se asemeja esto, en modo "extremis", al caso del documental de “El Juego de la Muerte”? En él los participantes continuaban la tortura de una persona dejándose llevar por las órdenes de un superior: la presentadora.
   Aquí podemos ver el poder que tiene el adoctrinamiento. El joven era buena persona y cristiano, mas el lavado de cerebro que sufrió le hizo abandonar sus principios. Pero la esencia de la persona sigue ahí, latente, como nos demuestra su arrepentimiento. Aunque ¿hubiera resurgido esta esencia si Karl no se hubiera encontrado a las puertas de la muerte?
   Pienso que no somos nadie para perdonar o para negar el perdón a una persona, ya que no conocemos el verdadero trasfondo. Según nuestras convicciones dejaremos esa responsabilidad a Dios, a Alá, al karma…
   La mejor respuesta que se pudo dar ante esta situación fue el silencio, una forma de respetar el dolor y el arrepentimiento de la persona. Aunque yo pienso que si el arrepentimiento es verdadero, el perdón no logra disipar el tormento que le acompañará hasta su muerte; porque la tarea más compleja es perdonarnos a nosotros mismos.

Lucía Santiago Andrades. 1º Bachillerato A.



RESUMEN:
El libro nos habla sobre la historia del hombre judío(Simons Wiesenthal) como recluta y dos amigos  en un campo de concentracion naci, nos cuenta cómo fue su estancia en este lugar durante toda la segunda guerra mundial, este campo era dirigido por la SS y los judíos estaban totalmente obligados y sometidos a estos soldados y a cumplir todas sus órdenes.
Nos cuenta  todo el maltrato que sufrieron solamente por ser judíos; las palizas que les pegaban , los maltratos de todo tipo y llegar a tal punto en el que la muerte pasase a ser una rutina.
Un dia, por motivos de trabajo tuvo que ir al hospital militar para realizar allí la tarea que le obligaban a hacer.Una enfermera lo llamó y dijo que alguien quería verle, entonces lo llevó a una habitación en la que se encontraba un hombre al borde de la muerte al cual le quedaban días de vida. Le pidió a Simmons que lo escuchase atentamente ya que para él el tema del cual quería hablarle tenía demasiada importancia, comenzo a contarle que fue soldado naci en la SS, que humilló, maltrato y acabó con la vida de miles de judíos sin motivo sin ninguno.
cuando acaba de contarle la larga historia de su vida como soldado de la SS, le pide al judío que le perdone ya que se siente muy arrepentido por haber cometido tantos crímenes sin sentido alguno ya que estas personas no se merecían solamente por ser de otra raza el maltrato que estaban sufriendo. El militar mostró muchísimo arrepentimiento  ya que sabía que le quedaba poca vida y quería marcharse con el consuelo de que un judio seria capaz de perdonarle por toda su crueldad,lo único que quería era morir en paz y con la conciencia tranquila. Pero Simons se marchó de la sala sin decir ni una palabra ya que pensaba que él no podía perdonarle en nombre de todos los judíos que sufrieron esa humillación.

Tras todo el dia pensando en la charla que tuvo con ese soldado , para su sorpresa al siguiente dia de trabajo llega al hospital y la enfermera le comunica que el soldado había muerto, el protagonista se quedó trastornado y se arrepintió de no haberle contestado al soldado, aunque sólo fuese porque este vivise en paz.


RESUMEN DEL AUTOR.
El autor piensa que no se debería perdonar al soldado si no que se debería castigar a esa persona con la incertidumbre y sobre todo el silencio.
en este caso se interpreta la decisión del protagonista como la mas acertada ya que aunque pueda crear dudas para el autor esta claro que es una forma de martirizarlo.
también cree que simplemente le esta dando de su propia medicina ya que al no considerarlo una persona como tal(un judio, despectivo) ni siquiera merece sus palabras.


MI OPINIÓN.
En mi opinión no deberíamos perdonara este soldado.
En una guerra a mi parecer tiene tanta culpa el jefe como los soldados, ya que debemos tener en cuenta que sin las personas que le sigue este no sería nada, como ocurre en todos regímenes fascistas.

No debemos olvidar que aunque este tenga mucho poder después de todo no es más que una simple persona contra el resto y todo el que haya contribuido de forma activa y apoyado a este es tan culpable como el que domina. Desde esta postura el soldado aunque estaba oprimido no realizó esta masacre con pesadez ni malestar, como bien pudimos ver en el libro.

Basándonos en esto que sabemos y el caso particular del soldado que es el que nos exponen lo que deberíamos hacer en mi opinión es no perdonarlo, ya que a. la vez que él le hacía daño a Simón se merece llevar consigo a la tumba dicha pesadez y no se merece tener la conciencia tranquila.
Todo aquel que haga un mal no se merece tener completa inmunidad y tal y como pide un perdón.

En conclusión si yo estuviese en el papel del protagonista no le perdonaría, ¥ lo martirizaría lo máximo posible; en opinión a. mi autor con el silencio; en la mía con un rotundo no que se llevará consigo mismo.


ANA MONTAÑO

el girasol


LOS LÍMITES DEL PERDÓN

En este libro se cuenta la historia de un prisionero judío que vivía en un campo de concentración. El protagonista, llamado Simon se enfrentaba a su dura vida junto a sus compañero Josek y su amigo desde la infancia Arthur. Simon trabajaba en el ferrocarril pero fue trasladado a un hospital militar. Este hospital era el antiguo instituto tecnológico donde el había estudiado. De camino a su nuevo trabajo divisó un cementerio de soldados nazis el que había plantado girasoles.

Al llegar, una enfermera, le preguntó si era judío y le pidió que le acompañara a una sala.
Allí encontró a un joven vendado y sin posibilidad de movimiento que quería contarle la historia de su vida. Le confesó que mató a muchos judíos resaltando una historia en concreto:en un edificio lleno de judíos en llamas , justa en la planta más alta, una familia compuesta por un padre una madre y un hijo saltaron por la ventana para acabar rápido con su sufrimiento, pero en su mente quedo grabada la imagen del niño y nunca pudo olvidarlo. Por culpa de esto, una especie de granada explotó a su lado dejándolo como estaba en estos momentos. Pero a pesar de que Simon se quiso ir mucha veces se quedó hasta al final. Cuando terminó la historia se marchó sin da respuesta alguna volviendo a su puesto de trabajo.

Por la noche al volver al campo de concentración le contó todo a sus amigos y estos estaban de acuerdo en que no debía perdonarlo.

Al día siguiente volvió al hospital con miedo. De nuevo, la enfermera lo condujo hacia un almacén y allí le dijo que el hombre había fallecido y le dejaba todas sus pertenecía. El se negó a aceptarlas y le dijo que se las enviara a su madre.
Pasaron dos años. Sus dos amigos murieron en el campo y a él lo trasladaron al bloque 6 donde residían los prisioneros que no servían para trabajar en el campo.

Pasaron cuatro años y terminó la guerra. Simon recordó la dirección de la madre del soldado moribundo y fue a visitarla. Era pobre y viuda. Ella estaba orgullosa de su hijo y lo único que le ayudaba a seguir con su vida era el recuerdo de su hijo y su marido. No quería hacerle sufrir y por ello no le contó la verdad. Salió de la casa y seguía preguntándose si le debía o no haber perdonado.


AUTOR: ERICH H. LOEWY

El autor comenta que solo alguien que haya pasado por la misma situación que el protagonista, puede comprenderla. Según él los papeles de agresor y víctima se pueden cambiar en cualquier momento, ya que cuando el soldado moribundo le cuenta su historia, él pasa a ser el débil.
Aunque el soldado estaba débil Simon le tenía miedo porque el soldado en cualquier momento podía llamara a su ejército, es decir tiene el apoyo de los más fuertes. Por ello el prisionero judío, escuchó su historia hasta el final. Para Erich se dan muy pocos detalles sobre los aspectos humanos de la situación. El ejemplo de Simon, es un ejemplo de la aceptación humana y de la compresión.
A pesar de las circunstancias todos somos humanos. A pesar de que el soldado era católico no se confiesa a un cura, sino a un judío. Decide buscar el perdón en una persona judía, que represente a todos los judíos. Su madre estaba orgullosa de su hijo. Simon eligió sabiamente esconder la verdad y no contarle que su hijo había cometido crímenes. La razón implica que el sufrimiento del soldado era merecido y que Simon lo tratara de una forma inhumana. Gracias a la razón Simon no le contó nada a la madre. El autor no puede afirmar que el comportamiento de Simon fuera equivocado.

Opinión personal

Respecto a la conclusión de mi autor estoy en contra ya que aunque todos seamos iguales hay actos que no merecen el perdón. Yo no lo perdonaría porque para mí el soldado está pasando por circunstancias parecidas a la de los judíos y el ahora el está pasando por una situación parecida. Por otra parte el ha sido el que eligió convertirse en soldado a pesar de formar parte de una familia en contra de esas ideas.

 TRIANA MARTÍN BLANCO







LOS LÍMITES DEL PERDÓN

En este libro se narra la historia de la vida de un prisionero judío llamado Simon en un campo de concentración.
El protagonista es arquitecto y dentro del campo tiene dos amigos: Josep y Arthur.
Josep es muy religioso y Arthur es un amigo de la infancia, abogado y escritor.

Un día a el protagonista lo llevan a otro trabajo fuera del campo, anteriormente trabajaba en el ferrocarril. Este nuevo trabajo se encuentra en el antiguo Instituto Tecnológico donde el protagonista estudió. De camino allí, divisaba como le miraban los transeúntes y un cementerio donde estaban enterrados soldados nazis, sobre cada tumba había un girasol plantado, el protagonista envidia el no poder tener un girasol en la suya cuando muera, ya que consideraba que este girasol era como un medio mediante el cual los muertos, se encontraban todavía, en contacto con el exterior.
Cuando el prisionero llega al Instituto Tecnológico, recuerda su etapa como estudiante, en la que tanto los maestros, como estudiantes discriminaban a los judíos y hasta aprobaron el “ día sin judíos” en el que se aprovechaba para fijar fechas de exámenes.
Ahora este instituto era el nuevo hospital militar, donde atendían a soldados nazis.
Les llevaron allí para trabajar descargando contenedores de la basura procedente del hospital.

Pero a él, una enfermera lo lleva hasta una habitación dónde se encuentra un soldado nazi moribundo, llamado Karl. Se encontraba vendado, con manchas amarillentas en ellas, en muy mal estado, además, estaba muy débil y había perdido la vista. El protagonista y el herido no se conocían anteriormente. El soldado le había llamado para contarle la historia de su vida, tenía 21 años y sabía que le quedaba poco para morir. El prisionero no entendía nada, pero se quedo a escucharlo.

El moribundo alemán le contó que había tenido una infancia basada en la religión católica, pero cuando era un adolescente entro a pertenecer a la organización Juventudes Hitlerianas, donde formaban a los muchachos ideológica, política y militarmente. Sus padres no tenían esas ideologías.

Pero el suceso que realmente le atormentaba era cuando un día, observo como encerraron a muchos judíos en un edificio de tres plantas y le prendían fuego. Desde una ventana pudo observar a un padre con su hijo pequeño en brazos, y al lado a la madre del niño. Los tres saltaron por la ventana y él les disparó. Esta imagen, en especial la del niño fue la que marcó al soldado. Su mal estado actual se debía a que mientras estando a punto de dispara, un día se quedó como en trance ya que se le vino a la cabeza la imagen de aquel pequeño y su familia. En ese momento estalló una bomba a su lado y le dejo ciego y en el estado actual en el que se encontraba.

Varias veces el protagonista había sentido ganas de marcharse mientras oía el relato, pero el enfermo le agarraba la mano con fuerza, le suplicaba que no lo hiciese y se quedase hasta que terminase. Además el prisionero judío, mientras lo escuchaba se iba acordando de varios episodios de su vida, como por ejemplo, de un niño llamado Eli, de 6 años, al que conocía del gueto donde el protagonista vivió durante un tiempo antes de estar en el campo de concentración. También recordaba momentos horribles vividos dentro del campo.

Cuando el moribundo terminó su relato le pidió que le perdonara por su crimen. Aquel soldado buscaba a cualquier judío que le escuchara y le perdonara, era su última voluntad. Pero el judío salió de allí sin responderle.

El protagonista vuelve a el campo de concentración allí le cuenta todo lo ocurrido a sus dos amigos Arthur y Joseph, los dos coinciden en que ha echo bien en no perdonarle.

Ya que ¿ quien era él para perdonar un crimen a otra persona?. El prisionero judío no deja de pensar en la historia contada por el alemán. Al día siguiente aunque el no quiere tiene que volver al hospital, la enfermera le vuelve a llamar, le dice que el soldado ha muerto durante la noche y le entrega sus pertenencias, ya que el fallecido se lo comunicó a la enfermera. Tan solo dejo un reloj con la dirección de su madre. Pero el judío no lo acepto y le dijo a la enfermera que le enviara todo a su madre.

Pasan 2 años, los dos amigos del protagonista mueren en el campo de concentración.
Este al final acaba en un bloque donde se encuentran ya judíos que no trabajan estaban allí para ser asesinados, morían unos, dejaban camas libres y llegaban otros.

Al final el protagonista consigue salvarse. La guerra había terminado.
Cuando ya han pasado 4 años desde la historia que le había contado aquel moribundo, lo recordó. Todavía se preguntaba si debía haberlo perdonado o no.

Todavía recordaba la dirección de donde vivía la madre del fallecido. Decidió visitarla. Cuando llegó a la casa donde vivía la mujer, se encontró con una anciana viuda.
La mujer era muy agradable, vivía sola y era pobre. Le enseñó una foto de su único hijo Karl ( el soldado moribundo). Le contó que era un estudiante modélico y un buen muchacho, pero que cuando entro en Juventudes Hitlerianas cambió y su padre dejo prácticamente de hablarle. El protagonista no se atreve a contarle la verdad, solo le dijo que su hijo antes de morir le había comunicado que la visitará y le enviará saludos. El judío no quería que aquella pobre anciana sufriera, ella se sentía orgullosa de su hijo y lo único que tenía era su recuerdo y el de su marido.

El protagonista salió de allí y todavía se preguntaba si aquel hombre era como cualquier despiadado nazi o si era una excepción. Además seguía preguntándose si debía o no haberle perdonado.

AUTOR: DOROTHEE SOELLE

La autora resalta las dos preguntas que se hizo Simon. Por un lado no lo podía perdonar, ya que había matado a personas judías y por otro lado necesitaba perdonarlo porque advertía su arrepentimiento sincero. La autora si perdonaría a el soldado nazi debido a que es católica y alemana.

Dorothee nos explica un episodio de su vida para que comprendamos su postura: Ella admiraba a un profesor suyo y con el paso de los años se entera de que había sido nazi. Quiso conocer los detalles y le preguntó porque lo había echo. Éste se arrodillo, comenzó a llorar y le suplicó.
Dorothee se sintió en la misma situación que Simon frente a el soldado. Ella le perdonó y juntos comenzaron a rezar. Para ella no existe tiempo o lugar donde la liberación no sea posible. Según la autora para el soldado nazi el perdón representa una liberación de sus malos actos, al igual que para la madre desconocerlos. Después de esta situación la autora duda si ella perdonaría o no a el soldado.

opinión personal:

A diferencia de mi autor, yo no le perdonaría ya que a pesar del arrepentimiento que siente el soldado, los malos actos y el sufrimiento ya ha sido cometido. Además el soldado nazi elige cometer el mal y no es obligado a ello. También pienso que una persona no tiene derecho a perdonar el daño causado a otras personas.

MARÍA CORRAL DELGADO



SARA TORRES ROD-1C

Resumen: “Los límites del perdón”


El libro cuenta la historia de un judío llamado Simón que trabajaba como arquitecto. Tiene a dos amigos con los que habla con mucho interés sobre la existencia de Dios y son Arthur que es arquitecto como él y Josek .
Estos están condenados a vivir en un campo de concentración de la Alemania nazi donde Simón, se dedica a cargar bombonas de oxígeno en los ferrocarriles.
 Un dia, les llevaron a trabajar a un hospital donde antiguamente él había estado estudiando ya que era un Instituto Tecnológico. De camino al hospital, pasan por un cementerio de nazis y observa que está repleto de girasoles y mariposas, cosa que le sorprende mucho y le obliga a pensar que hasta un nazi sin vida tiene más derechos y privilegios que un judío.Una vez en el hospital, les ordenan a sacar contenedores de basura de los quirófanos. En uno de los descansos una mujer le pide que le pregunta que si es judío y le pide que le acompañe. Lo lleva a una habitación donde había una persona a punto de morir, y era un soldado nazi. Este le comenta todo lo que ha sufrido al matar a judíos y que quiere, aunque sólo en nombre de uno de ellos, morir “perdonado” por un judío y con su conciencia tranquila. Simón no le responde y abandona la habitación. Posteriormente regresa al campo de concentración y lo comenta con  sus compañeros. Estos opinan que hizo lo correcto al no concederle el deseo de su perdón ya que este, no lo merecía. Al día siguiente regresa al hospital y le informan del fallecimiento de aquel nazi. Simón comienza a pensar sobre la decisión que tomó en su momento y se siente defraudado con su persona. La enfermera le ofrece un fardo envuelto en una sábana verde con la dirección de la casa del soldado al judío.
Pasado unos doce años, después de abandonar el campo de concentración y de fallecer sus dos compañeros, Simón sigue con vida. Cuando iba viajando con su y mujer y amigos, vió un girasol y le recuerdó a los nazis. Este decide ir a la dirección que le dio la enfermera y fue a visitar a la madre del soldado nazi enfermo. Una vez allí, le enseña una foto del soldado aunque Simón nunca le cuenta la verdad, se limita a escuchar a la señora. Simón se pregunta si ha sido lo correcto mantener silencio al soldado que le pedía perdón por todo lo que hizo. Todo esto le provoca una confusión sobre que sería lo correcto o lo justo.

Autor: Roberto Carlos
Este autor nos comenta que el perdón es un acto que solo la victima podría tomar la decisión. Él nos informa de que su madre les enseñó a él y a su hermano que deberíamos aprender a comprender y a perdonar. Roberto nos afirma que él rezaría para que el autor de “Los límites del perdón” perdonara a aquel nazi arrepentido ya que cuando asumes tus errores, mereces el perdón de Dios.
Piensa que la finalidad del autor con este libro e informándonos del silencio que dejó a aquel nazi moribundo tras su arrepentimiento, quiere hacer conciencia del terror vivido en el siglo XX y de alguna manera u otra, intentar que nos pongamos en su piel y saber que haríamos.

En mi opinión:
Yo no le concedería el perdón a un soldado nazi ya que pienso que, si él hubiera decidido no matar a judíos inocentes, no hubiera matado a nadie. Ningún perdón es suficiente para que nos permita el consuelo o el olvido del horror vivido en aquella época. Creo que es muy impactante la maldad con la que actuaron estas “personas” y que, por poco que nos guste, hay cosas que no merecen ser perdonadas.
El soldado nazi que aparece en la historia, después de haber acabado con la vida de tanta gente inocente por el simple hecho de nacer judío, no merece morir con la conciencia tranquila, aunque según he entendido tras leer el libro, también consiguió que el judío tampoco la tuviera.
En algún que otro momento he dudado de la respuesta que daría Simón al soldado nazi, ya que la historia que nos cuenta es verdaderamente triste, pero pienso y estoy segura que esa duda es porque no he sufrido todo lo que han sufrido ellos al igual de que estoy convencida de que no merecería mi perdón.





 SARA TORRES RODRIGUEZ-1BAHC

Los limites del perdón- Ana Belén Espinosa, 1º Bach C

Resumen
“El Girasol” trata del dilema del perdón, hasta que punto somos capaces de perdonar y si realmente nos permitimos hacerlo. Nos cuenta la historia real de Simon Wiesenthal, un judío que fue enviado a campos de concentración durante el genocidio nazi. Durante todo el libro nos cuenta su relación con sus compañeros,  los trabajos a los que estaba sometido, los horrores que veía todos los días, las duras condiciones de vidas que tenían allí dentro. Pero sobretodo el libro relatado por él se centra en la inusual situación que jamás se hubiera imaginado que viviría, su encuentro con un arrepentido nazi.  A Simón se le envía a trabajar fuera del campo de concentración, junto con otros judíos es mandado a un hospital militar a trabajar recogiendo escombros. Allí una enfermera lo lleva ante un soldado de las SS que está a punto de morir, este le cuenta su historia profundamente arrepentido de cómo paso de ser un modesto joven a ser un asesino. El soldado, Karl, le confiesa como mató a varios judíos, pero concretamente a una familia y cómo estos asesinatos le atormentan  cada día. Karl arrepentido pide a  Simon que le conceda el perdón para que pueda morir en paz, ante esta situación Simon no puede concedérselo, acción que le hará recapacitar si hizo lo correcto el resto de su vida. Esta historia se la contó a varios de sus compañeros y a personas que conocería a lo largo de su vida, para saber qué es lo que otros hubieran hecho en su lugar. Algunos se ponían a su favor diciéndole que hizo bien en  no perdonarle, pero aún así Simon no se sentía totalmente convencido de haber hecho lo correcto, nunca lo estuvo. Tras el paso por varios campos de concentración, la muerte de sus amigos, finalmente consiguió salir adelante y cuando fue liberado obtuvo un puesto de trabajo como juez en un comité que investigaba los crímenes de los nazis, donde se encargó de juzgar a miles de nazis y observar como pocos se arrepentían de lo que habían hecho. Tras años sin acordarse del soldado de las SS, una salida al campo volvió a recordarlo. Fue al ver un girasol cuando volvió a su cabeza aquel  joven. Precisamente fue un girasol ya que era lo que se le ponía a los soldados  muertos en sus tumbas, otra de las reflexiones de Simon era el porqué aquellos asesino tenían tumbas propias y girasoles, cuando todos ellos morían cruelmente asesinados y eran echados en tumbas comunes sin más. Ese día que vio el girasol, decidió ir a la casa de la madre de Karl, allí confirmo lo que el soldado le había contado y como el dulce joven se convirtió en asesino. Lo que nunca pudo descubrir Simon fue si lo hizo bien o debió perdonarle.
Smail Balíc
Él nos comenta que ahora tras pasar años de lo sucedido se puede ver con mayor objetividad la situación vivida por Simon. Según el autor, el probablemente hubiera hecho lo mismo si hubiera estado en esa situación siendo Simon y pasando todo lo que los judíos tuvieron que pasar. A su manera de verlo es muy fácil valorar la situación desde fuera sin haber sufridos aquellas penalidades.  Aunque también  ve lógico que haya quien piense sobretodo los más cercanos a la religión, que Karl debía ser perdonado ya que sentía un fuerte arrepentimiento. También dice que se debe ver el arrepentimiento del  muchacho como un cambio en la mentalidad convirtiéndose en un hombre nuevo.
Mi opinión
Es un tema controvertido y según el pensamiento de cada uno se puede tirar hacia un lado o hacia otro, y creo que nunca se sabrá cuál es la respuesta correcta.
 En mi caso yo estando en la situación de Simon pienso que  no lo perdonaría, después de ver a miles de personas siendo torturadas y asesinadas sin motivo, no lo vería justo sabiendo que sobre sus hombros hay varias muertes inocentes.  Ahí también me surgirían las preguntas como ¿qué es lo justo y lo injusto en esta situación?, ¿es el soldado una víctima de la ideología que le han enseñado?, ¿hay un único culpable? No tengo una respuesta absoluta para estas preguntas. Pero firmemente creo que la enseñanza de la ideología nazi tuvo gran parte de culpa en el genocidio. Por esto mismo dudo al igual que Simon si el soldado merecía el perdón que rogaba. Como dice un personaje en el libro es posible que el soldado ya se sintiera perdonado al ser escuchado por Simon, sentirse perdonado consigo mismo. También se puede plantear la duda de que el soldado solo estuviera arrepentido por ser el final de sus días. Tal vez si esto no hubiera sido así, Karl  podría haber seguido matando personas sin remordimiento, este enunciado es solo un planteamiento ya que no se puede saber qué es lo que hubiese pasado en esa situación. Es horrible  ver como unos  ideales pueden convertir a un cordero indefenso en el más vil de los asesinos.


LOS LÍMITES DEL PERDÓN

En este libro el autor, nos cuenta su historia en un campo de concentración. Este, llamado Simon lleva allí un tiempo, por lo que está acostumbrado a no tener esperanza por salir de allí y tiene aceptado que su muerte llegara tarde o temprano. Un día, sacan a un grupo (con el incluido) del campo y ve un cementerio donde hay tumbas con girasoles, que según el conectan a los muertos con la vida. En el camino hacia el Instituto Tecnológico (convertido en Hospital) nos cuenta de cómo, poco a poco, comenzó toda la guerra. En el hospital los ‘’contratan’’ para sacar los contenedores, pero en ese momento una enfermera se acerca a él y lo lleva hacia una habitación donde se encuentra a Karl, un alemán, que le cuenta su historia desde que era joven hasta que prendieron una casa donde metieron a cientos de judíos y como vio como una familia se precipitaba por la ventana. En ese momento, Simon recuerda la Pascua Seder y al profeta Elias, que le recordaba a un niño del gueto, el cual casi muere a causa de las SS que fingió crear una guardería para matar a los niños. En una de las batallas contra Rusia, Karl visualizo de nuevo a aquella familia. Finalmente, termina como lo encontramos la primera vez que lo conocemos. Tras todo esto, el no puede perdonarse. El alemán le pide a nuestro protagonista que lo perdone y Simon se marcha sin decir palabra. Los judíos vuelven al campo de concentración donde nuestro protagonista le cuenta a sus compañeros lo que ha vivido, estos le dicen que ha hecho lo correcto, pero él no se siente muy satisfecho. Más tarde, vuelve al hospital donde la enfermera lo llevó a un almacén y le intenta entregar las pertenencias de Karl, que ya había muerto, pero este las rechaza y le dice que se las envié a su madre.
Dos años después, mucho de sus compañeros murieron y el siguió en campos de concentración donde seguía debatiéndose sobre si había hecho lo correcto con Karl.
Finalmente, llegó la libertad, buscó un trabajo y formó una familia. De camino a Múnich decide ir a conocer a la madre del alemán, que le enseña las pertenencias que él no logro ver al rechazarlas y la ve tan agotada que decide no contarle la verdad sobre su hijo para que siga pensando que fue una buena persona.

En mi caso, elegí al autor Robert Coles. Este, piensa que Simon piensa que hizo lo correcto dejando al nazi sin una respuesta, porque era lo coherente y honrado y que de haber sido él, habría hecho lo mismo, pero después habría pedido a Dios que perdonara al nazi. También nos menciona que realmente nunca sabríamos que haríamos a no ser que nos encontráramos en ese tiempo y en esa situación. En esto último tengo que estar de acuerdo con mi autor ya que tiene razón porque realmente no sabríamos hoy día que hacer en una situación así. Pero, en el caso anteriormente mencionado no puedo estar de acuerdo con Coles porque yo no le perdonaría, ya que en una de las partes del texto donde está contando su historia, dice que los alemanes que luchan en las batallas diariamente sí que mueren con honor, por lo que para mí, esto quiere decir que aunque esté un poco arrepentido, no lo está del todo. Por otro lado, recuerda mucho que quiere ser perdonado, pero ¿por qué no intentó recompensar lo que hizo desde que ocurrió? ¿Por qué esperó hasta estar incapacitado y al borde de la muerte? Desde mi punto de vista, el porqué de estas preguntas es, simplemente, que vio que ya no tenía más opciones.

Los límites del perdón, Manuel Herrera Chaparro, 1º BACH C

Esta obra se desarrolla en un campo de concentración judío donde Simon Wiesenthal cuenta su historia en primera persona sobre como vivían todas las torturas diarias y como se acababan acostumbrando a la muerte.

Un día, Simon y algunos de sus compañeros son trasladados a un hospital que era el instituo Tecnologico de la ciudad.En el camino de ida hacia el lugar la da una gran impresion unos girasoles colocados encima de lsa tumbas de los soldados nazis.

Una vez en el hospital una enfermera le dirigió a donde parecia ser el despacho del Decano donde se encontraba un soldado moribundo de las SS, lamado Kart. Este le cuenta un poco la historia de su vida; como se alisto voluntariamente en las juventudes hitlerianas, las atrocidades que cometio, las vidas que quitó y sin saberlo, la masacre que se iba a cometer en Alemania contra los judios en esa epoca, y curiosamente Kart le pide a nuestro protagonista disculpas por lo que habia hecho el y le pide que le exilie de su culpa antes de morir. Simon abandona la habitacion indignado por lo escuchado.

Al regresar al campamento le cuenta lo sucedido a sus compañeros Josek y Arthur, que le responden que habia hecho lo correcto ya que el no era nadie para perdonar en nombre de todos los judios que Kart habia asesinado. Al dia siguiente Simon tuvo que ir a trabajar al mismo hospital del día anterior.
Al dia siguiente Simon tiene que ir a trabajar al mismo hospital del dia anterior, pero esta vez la llamada de la enfermera era diferente: Kart había muerto y bajo su asombro, este le dejo todas sus pertenencias a nuestro protagonista para que se las entregara a su madre, cuya direccion tenia la enfermera lista. Este hecho marco a Simon de por vida, ya que su conciencia no estaba tranquilo debido a la decision que habia tomado.

Cinco años despues Simon es destinado al campo de Mathausen, donde conoce a Bolek, otro preso judio mas con unas creencias bien arraigadas. Simon le cuenta a este la historia del soldado moribundo.Cuando Simon es liberado recuerda los girasoles que adornaban las tumbas de los soldados nazis, y decide ir a visitar a la madre de Kart. En su encuentro SImon no le cuenta las atrocidades que cometio su hijo para que por lo menos conservara una buena imagen de su hijo.

Mi autor, Rodger Kamenetz

La opinion de este autor es que bajo esa circunstancia el silencio era la mejor respuesta. Como un mero prisionero de guerra condenado a morir Simon no tenia total libertad para expresarse. ¿Cómo iba a saber Simon la forma en la que iban a recoger sus palabras o que consecuencias hubieran tenido para su supervivencia?
Estaba totalmente coaccionado; lo mejor era guardar silencio. Rodger considera lo siguiente: el soldado le hablabla desde su perspectiva, como judío. No como UN judío, una persona de raza judia, con una vida, una historia, una angustia en su existencia, sino simplemente como un judio. Es decir, cualquier judio hubiera servido para su proposito.
Y segun el autor esto demostraba que no le concedia ningun respeto como persona. El soldado se arrepentia de lo que habia hecho, y se sentia culpable, pero su conmoccion no era más que un tormento por su alma y por su época. No podía verle como a una persona porque le veía como a un judío.
Tambien sostiene que el que Simon lo viera como a una persona mas le honra enormemente (y más en dicha circunstancia). Si el le hubiera considerado asi tambien, entonces podrían haber empezado a hablar del perdón.

Mi opinión.

Como bien muestra nuestro autor y totalmente afiliado a mi opinión, al igual que él pienso que uno de los castigos más duros para el hombre es el silencio, la incertidumbre y la duda.

Esto, por otra parte no quier decir que este en contra del perdón o favor de este, eso es otro tema. Solo apoyo que personas que han realizado ciertas acciones (como aquí podemos ver el caso de este soldado) merecen un castigo mayor del que su persona les pueda proporcionar, necesitan ver el daño que han causado.

El protagonista aquí nos muestra una forma de darle un poco de su propia medicina, hacerle sufrir, y que le reconcoma como persona, aunque no sea ni un pequeño porcentaje con todo lo que el ha quitado, y cuando digo quitado no hablo de nada material precisamente.

Por otra parte debemos analizar bien los hechos, a las personas, al opresor, como este ha actuado y por qué. Ya que hablamos de personas y cada una tiene un caso particular.

Generalizando y llevándolo al fin de sacar una conclusión debemos decir que el ser humano es egoísta, realmente no está abierto así como así al perdón, ya que esto no es fácil y menos si hablamos de un holocausto en el que han muerto más de 6 millones de PERSONAS por una causa nefasta.

En conclusión debo hacer referencia una frase viral: "Me enseñaron a perdonar, agradecer y no dañar a nadie. Me parecían actos simples, pero después comprendí que son pequeños milagros."
Y después de todo, que somos si no personas que se equivocan, que odian , que cometen grandísimos fallos... Pero ahí esta la clave, en dar gracias por lo aprendido y no ver al pasado como algo más que una simple moraleja para el futuro.
Muchos ilustrados dicen que equivocarnos es la única manera de ver los errores, y como decía Sócrates "Yo solo sé que no se nada" apoyo que todos debemos tener una visión futurista, considerar y recordar lo que el ser humano es capaz y hacer por todos los medios posible que esto no vuelva a ocurrir.

Para finalizar, creo que el perdón (mientras más difícil sea este, más se evoluciona) nos debe servir para crecer como persona moralmente y nos lleve a una visión más amplia y un estado en el que comprendamos que el rencor no lleva a nada bueno, porque ya lo sabemos, ojo por ojo y el mundo quedará ciego. Así que nunca olvidemos de dónde venimos, de qué es el ser humano capaz y reflexiones a qué queremos llegar y sobre todo los medios para conseguirlo.







RESUMEN:

Simón es un judío que estaba encarcelado en un campo de concentración en Lumberg donde tenía que soportar todo lo que hacían allí con ellos, todos los malos tratos y con la crueldad que eran tratados. Un día es llevado a un hospital por unas enfermeras al lecho de muerte de un soldado porque se encuentra enfermo y pronto va a morir, este le pide que le perdone todos los males que ha causado a su pueblo para poder morir tranquilo, pero Simón no sabe que hacer y sale de la habitación sin darle una respuesta y al día siguiente muere el soldado. Cuando fue liberado intenta contarle a la madre del soldado lo que paso pero no se atreve al ver lo único que le quedaba era el honor de su hijo.


BIOGRAFÍA DEL AUTOR:

El cardenal Frank Köning, en 1965 fue designado director del Secretariado para los no creyentes, del que fue creador, y en 1966 fue nombrado miembro de la American Academy of Art and Science. Ejerció como arzobispo de Viena hasta que en el años 1958 le nombraron cardenal.  Teólogo y erudito, es autor de The Bibble in View of the Word Histoy y de la obra en tres volúmenes.

OPINIÓN DEL AUTOR:

La opinión del cardenal Frank köning es que él piensa que esa persona a punto de morir, creía en Dios y entonces pensaba que tenía que confesarle a Simón lo que le había con los judíos. Aunque Simón se fuera sin pensar nada, él pensó que éste le perdonaría porque le dio todas sus cosas. Además dice que Simón tuvo una vida pobre y esto es lo que le trae duda si hizo bien o mal al marcharse.

OPINIÓN PERSONAL:

En mi opinión, no estoy del todo seguro de si lo habría perdonado o no, aunque con lo que este personaje había hecho no debería de haber sido perdonado. Yo en ese momento seguramente que lo hubiera perdonado, igual que mi autor ya que éste esta a punto de morir t se arrepiente de todos los hechos malos que a cometido, y debería de morir con la conciencia tranquila.





SANTI LAGUNA GARCÍA.