jueves, 13 de mayo de 2010

-SIMON
Simón es un judío que estaba en un campo de concentración y un día cuando estaba trabajando en el hospital fue llamado por una enfermera donde lo llevo a una habitación que se encontraba un hombre moribundo , cuando este se puso hablar con él se dio cuenta de que el hombre moribundo era un soldado de las SS. El soldado le conto lo que había pasado durante su vida y que se arrepentía de los asesinatos que había cometido, que para poder morir en paz necesitaba su perdón pero Simón se fue de la habitación.
Simón siempre recuerda ese momento, y se queda con la duda si había actuado bien. Todos los demás judíos lo apoyan e incluso alguno le recrimina haberse quedado a escucharlo.
-ALAN L.BERGER.
El primer presidente del Holocausto con domicilio en el estado de Florida, y es profesor de Estudios Judaicos en la Florida Atlantic University, donde también dirige el Centro para el Estudio de Valores y la violencia después de Auschwitz. .Berger fundó y dirigió el Holocausto y el Programa de Estudios Judaicos de BA en FAU (1998-2005). Anteriormente, fue profesor en el Departamento de Religión en la Universidad de Syracuse, donde fundó y dirigió el Programa de Estudios Judíos. Mientras que en Syracuse, Berger sirvió como presidente interino del Departamento de Religión y Presidente Interino de la Dirección General de Bellas Artes. También fue el profesor de arte judío en el Colegio de William y Mary
Según este autor no perdones a los que tienen prohibido el perdón, es decir si hubiera sido Simón tampoco lo habría perdonado, además en el judaísmo hay dos grandes pecados uno es el que comenten los hombres contra Dios y el otro el pecado que cometen los hombres contra hombres, además no se puede perdonar lo que haya hecho a otras personas aunque sean de la misma raza y Karl no le importo que judío fuera, podría haber sido cualquiera.
-OPINIÓN:
Si me hubiera ocurrido lo mismo que ha Simón no lo hubiera perdonado al soldado moribundo, porque aunque su arrepentimiento sea verdadero un asesinato no se puede perdonar porque esas personas han sufrido demasiado, aunque después a lo mejor sentiría arrepentimiento porque dudaría si verdaderamente tenía el la culpa o las personas que lo habían formado en las juventudes hitlerianas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No entindo porque nadie esta de acuerdo conmigo. Pero alquien de vosotras se puede poner en el lugar del nazi¿ seguro que les hubiera gustado conseguir el perdon...Tampoco hay que ser tan crueles, porque ya sabemos que los nazis no nacieron siendo asesinos, a quien se le podría culpar de algo pues sería desde luego que a Hitler, pero que culpa tiene el joven ¿