martes, 11 de mayo de 2010

LOS LÍMITES DEL PERDÓN "EL GIRASOL"

LOS LÍMITES DEL PERDÓN

Antes de empezar con el planteamiento y análisis de este capítulo (libro) titulado “El girasol” voy a dar una breve aportación sobre Simón Wiesenthal. Simón Wiesenthal era un joven polaco y arquitecto pero también fue un investigador judío, que después de haber estado prisionero en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen se dedicó a localizar e identificar criminales de guerra nazis que se encontraban fugitivo.

En “El girasol”, un libro publicado tras su liberación, Simón cuenta su propia historia de cuando estuvo en el centro de concentración. Mientras su estancia en el centro, Simón cuenta su día a día en ese sitio, las torturas que les hacían, los trabajos, las comidas, etc. Un día los soldados hicieron varios grupos para salir a trabajar fuera del campo y a él le toco en el grupo que iba al antiguo instituto tecnológico (actualmente un hospital), una vez allí una enfermera lo llevó hasta el lecho de muerte de un miembro de las SS quien después de contarle un poco su historia le dice lo que realmente quiere, es decir, detrás de este encuentro había un insólito pedido del soldado alemán quien, antes de morir, pidió ser perdonado por un judío.

Simón se preguntaba muchas cosas respecto a esa situación, el porqué a él, porque ahora que estaba en la muerte, que derecho tenía el de perdonarle por tantas muertes, la suerte que tenía el soldado porque él iba a tener un girasol en su fosa y es estaría en una común, etc. Al fin y al cabo la respuesta de S.Wiesenthal fue el silencio, entendida como la denegación del perdón; tras volver al centro lo comenta con sus compañeros (Arthur y Josek) para saber si había hecho lo correcto. Simón durante toda su estancia sigue pensando en el soldado y en la respuesta que le dio, no sabía si había hecho lo correcto pero los datos en los que se sostenía su silencio y denegación del perdón son los siguientes: él, mientras Karl le contaba su historia, pensaba en los demás judíos que también habían muerto por culpa de él y de otros soldados, también tenía dudas en el arrepentimiento del soldado, en que si también se hubiera arrepentido si siguiera con vida porque ahora que estaba para morirse era muy fácil decirlo, se preguntaba si todo lo que le estaba contando de su juventud y familia era cierto; Simón dudaba en perdonarlo, estaba muy afectado con la hecho que le había contado el soldado del niño y su familia que le recordaba al pequeño Eli, a las cosas que los nazis habían hecho con todos los niños judíos al poner la “guardería”, etc y al final después de tanto pensar y atormentarse decide no perdonarle, salir de la habitación, no decirle nada, no volver allí y intentar olvidarse del tema, porque él no tenía derecho a perdonar por las demás victimas. Tras salir del campo de concentración y pasar por la ciudad donde vivía la madre del soldado entra en su casa y habla con su madre, en cierto modo para verificar lo que el soldado le había comentado años atrás, que aun le reconcomía la conciencia en si había hecho bien en denegarle el perdón y también la visito para llevarle los últimos saludos de su hijo(ahora ya muerto) y comprobó la veracidad de toda la historia y la ignorancia de la madre respecto a la idea de su hijo pero Simón vuelve a hacer uso del silencio y no le cuenta como era Karl en realidad, ya que eso lo consideraba como un posible crimen. En conclusión, Simón no lo pudo perdonar porque no estaba autorizado a concederlo en nombre de todos los que asesinaron ya que eso significaría traición y desprecio a la memoria de millones de víctimas inocentes e incluso a su propia familia.

MOSHE BEJSKI

Moshe Bejski nació en Polonia en 1920. De joven se une a una organización sinoista pero poco después tiene que renunciar a ello a causa de una enfermedad cardíaca. En 1942 Moshe termina en el campo de trabajo de Plaszow y sus padres y hermana son fusilados. Moshe logra esquivar a los guardias y busca refugio en sus vecinos polacos, pero solo recibe refuigio de uno. En 1945, los tres hermanos Bejski logran salvarse y son liberados por el Ejército Rojo y descubren el destino de sus padres y hermana y deciden emigrar a Israel. Años más tarde, termina siendo un juez israelí y presidente de la comisión del "Yad Vashem”.

El autor que se me ha asignado comparte experiencias con Simón, como por ejemplo que su familia fue deportada, que durante años soporto infernales pesadillas de la guerra en campos de concentración, trabajo y exterminio, que paso mucha hambre, etc. Moshe argumenta que en respuesta a la cuestión con la que Simón termina el capitulo se tiene que tener en cuenta el lado en el que te encuentres, es decir, dependiendo si eres una persona en las mismas condiciones que Simón y que el propio Moshe(quien tampoco le hubiera perdonado), que hubiera pasado por todo lo que ellos pasaron hubieran tenido el mismo comportamiento que Wiesenthal, ya que ¿cómo te planteas el perdonar a una persona que es compañero de quienes te están maltratando y quienes tienen en sus manos tu vida? Y ¿cómo se le puede pedir perdón a una persona que es incapaz de pensar y reaccionar racional y deliberadamente a causa de las diferentes circunstancias vividas? Pero por otro lado Moshe añade que si él no hubiera estado en las mismas condiciones o parecidas, si hubiera sido una persona normal, con criterios racionales hubiera tomado otra decisión; porque bajo criterios racionales el soldado de la SS se merecía compasión y comprensión por su sufrimiento y estado y también el perdón por sus crímenes pasados ya que los había confesado y esta confesión se basaba en el arrepentimiento sincero emanado de su conciencia.

MI OPINIÓN

Por último, solo queda exponer mi opinión respecto a este asunto.

En realidad yo no sé como hubiera actuado si hubiera estado en el lugar de Simón, hay delante de un compañero de los soldados que continuamente me hacen ver la vida como un infierno, delante de una persona quien ha cometido los mismos actos inhumanos contra judíos… Y digo que no se que hubiera hecho ni dicho porque igual que a él, me vendrían muchas situaciones y pensamientos a la cabeza que me impedirían tomar una decisión correcta, clara y racional. Pero en definitiva creo que tanto simón como la respuesta del autor que me ha tocado es la correcta, yo si hubiera vivido todo eso creo que no hubiera estado en la habitación del moribundo escuchando su remordimiento de conciencia, yo hubiera salido por la puerta en cuanto hubiera escuchado su propósito, no lo hubiera perdonado por mi familia, amigos y demás personas que pasan día a día por ese infierno porque no vale un simple arrepentimiento ya que eso no sirve de nada para devolverle la vida a las personas muertas y alas que logran sobrevivir.

Y claro a parte de este punto de vista, el del lado del prisionero, está el de una persona que ni le va ni le viene, como puede ser mi caso o el de mis compañeros ya que no hemos pasado por eso y si no nos ponemos en esa situación, probablemente le hubiéramos concedido el perdón porque Karl parecía muy arrepentido.

6 comentarios:

paula dijo...

En mi opinin creo que hubiera hech lo mismo que tu salir por la puerta y no escuchar al moribundo nazi, pero creo que aunque no te valla ni venga lo que ocurrio porque tu nos as estado afectada ni yo ni ningun otro alumno creo que no lo perdonariamos por mucha pena que nos diese o muy arrepentido.
De todos modos estoi de acuerdo contigo en pensar que lo que hubiera hecho hubiera sido irme por la puerta sin dejar hablar al soldado de las SS

Yolanda dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que no le perdonaría por todos esos motivos que tu dices, pero creo que tal vez pos curiosidad todos nos quedaríamos escuchando lo que ese hombre moribundo quería ya que como tu dices todos esos recuerdos te invadirían y al final tal vez más por ti que por él te quedarías. Por eso yo pienso que hubiese escuchado hasta el final aunque me hubiese ido sin responderle a su pregunta ya que estaría demasiado turbada por todo y no sabría reaccionar, pero esa salida sería mi no.

Nuria Piedras dijo...

En mi opinión, estoy totalmente de acuerdo contigo, con Simon y con Moshe en que si hubiera pasado por lo mismo que han pasado ellos, nunca hubiera perdonado al moribundo por mucho arrepentimiento que muestre. Sin embargo, no coincido con tu opinión en la parte que dices que desde nuestra perspectiva (sin haberlo vivido) lo hubiesemos perdonado. Aunque no lo hayamos vivido, yo no lo hubiera perdonado por todo lo que le hizo a otras personas.

Cristina Soriano dijo...

Yo estoy de acuerdo con tu opinión excepto por el final. Aunque nosotros no hayamos podido estar en esta situación, creo que nos podemos poner en la piel del judio y dar más o menos una respuesta al interrogante, ya que nos hacemos una idea de los horrores que pudieron pasar los judios y las atrocidades que hicieron los nazis.

Anónimo dijo...

Jennifer!
No se supone que antes de ser perdonado por Dios hay que ser perdonado por un ser humano mortal.
No por eso hay cura en la Iglesia ¿para que la gente confiese sus pecados.
Tú crees que el nazi no hubiera acudido a un cura; si hubiera existido en aquel campo de concentración. Yo desde luego creo que si.
Ahora imaginemos en el caso de que hubiera acudido a un cura, el joven nazi alemán ya estaría perdonado. Entonces porque no le vamos a perdonar y nosotros; al fin y al cabo somos todos seres humano.

Lucia Torres dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo en que no podría tomar una decisión racional. Seguramente en aquellos momentos me dejaría llevar por el odio.
También creo que nosotros no podemos ponernos en la piel del judío porque no tenemos ni la menor idea del sufrimiento que padecían en los campos de concentración, y a lo mejor si nos hubieramos encontrado frente a un cuerpo lleno de vendas al que ni siquiera se le ven los ojos, le hubieramos perdonado por compasión.
Pero una de las frases que dice el autor que me ha tocado a mi es ''¿Quién tendría un corazón tan insensible como para no escuchar su historia en circunstancias normales?''