martes, 11 de marzo de 2014

LOS LIMITES DEL PERDÓN. ALBERTO MUÑOZ


RESUMEN

El libro cuenta la historia de Simon, un joven judío que fue llevado a un campo de concentración alemán durante la Segunda Guerra Mundial donde los judíos eran maltratados por los soldados de la SS, y en el cual estaban obligados a realizar trabajos inhumanos como por ejemplo ir a trabajar a los ferrocarriles. Un día, unos cuantos fueron destinados a ir a trabajar al antiguo Instituto Tecnológico, donde había estudiado Simon, que ahora era un hospital. Durante el trayecto, Simon recuerda su pasado. Además, pasan por delante de un cementerio donde hay algo que impacta a Simon y que no olvidará, en la tumba de cada soldado alemán había un girasol, como si fuese la continuación viva de los soldados una vez muertos. Una vez en el hospital, una enfermera le dice a Simon que le acompañe, y le lleva a una habitación donde se hallaba un antiguo miembro de la SS moribundo, y que quería hablar con él. Éste le cuenta a Simón los crímenes que ha cometido con especial atención en el que llevo a cabo hace unos años atrás en el cual metieron en una casa a multitud de judíos y los quemaron y los que intentaban escapar los mataban a tiros. El nazi, llamado Karl, le pedía su perdón para poder morir en paz. Simón se fue de la habitación sin decir nada. Luego se sentía culpable y lo hablo con sus amigos en el campo Arthur y Josek. Años después, sus amigos murieron y a él lo trasladaron. También, la enfermera le ofreció las pertenencias de Karl, como había ordenado el soldado al morir, pero no las aceptó y le dijo que se las mandara a su madre. Simon, una vez libre, fue a hablar con la madre de Karl para aclararse pero esta le habló muy bien de su hijo, y le dijo que lo cambiaron las Juventudes Hitlerianas. Finalmente, Simon no tuvo valor para contarle de que conocía a su hijo y se fue igual que había venido, pensando y muy confuso sobre si había hecho bien o mal al no darle el perdón.

                                                                                                                                     

OPINION PERSONAL

Me parece un libro muy interesante ya que relata muy bien lo sucedido durante aquellos años en Alemania bajo dominio nazi, y ayuda a entender el gran sufrimiento y la gran injusticia cometida contra los judíos. Cómo los nazis, quienes se consideraban superhombres trataban a la gente en los campos de concentración, como animales. Además, es un libro de fácil lectura que, como he dicho, te ayuda a comprender lo sucedido en esa época ya que lo cuenta de una manera simple, desde el punto de vista de que ayuda a entenderlo mejor, pero que te hace pensar muchas cosas y te hace reflexionar sobre el tema del olvido, y sobre todo del perdón.

 

COMENTARIO DE ALBERT SPEER

Figura destacada del nazismo, uno de los planificadores del Tercer Reich y del Ministerio de Armamento de Hitler de 1942 a 1945. Condenado a 20 años de cárcel. Murió en 1981.

Speer cree que Simon hizo bien al abandonar la habitación, y expone los siguientes argumentos. Speer, básicamente, piensa que nadie está capacitado para perdonar y por eso lo apoya, pero más allá de eso, cree que Simon demostró una gran bondad, humildad y compasión al no hablarle a la madre sobre lo que le había contado Karl. También apoya el acto de escuchar a Karl y no reprocharle los crímenes, porque no perdono a Karl, pero tampoco le hirió. Finaliza diciendo que todos os humanos tienen que soportar una carga y que esta carga no puede ser cedida a otra persona.

 

OPINION PERSONAL

En primer lugar, al igual que Speer, pienso que nadie está autorizado para perdonar a alguien en general, pero en este tema en particular.

En el tema de perdonar los crímenes, siempre está las teorías de “siempre hay que perdonar”, ”todo el mundo merece una segunda oportunidad”, etc, y de hecho, personalmente creo en las segundas oportunidades, pero también pienso puede haber diferentes tipos de casos, por eso digo que esas teorías me suenan a tópico, porque en la práctica, crep que sería muy difícil aplicarlas. En cuanto a lo referente a los casos, en mi opinión se le puede dar una segunda oportunidad a alguien que hay cometido un solo crimen, que se le haya ido de las manos una situación, o algo por el estilo, pero en el caso de los nazis, matando a millones de personas, conscientemente, sin razones, simplemente por pensar de otra manera, no creo que se merezcan ningún tipo de perdón, por mucho que se arrepientan, que me parece correcto, pero yo, por lo menos no sería capaz de perdonar a alguien así.

También comparto lo que dice Speer en referencia a que se hace bien en no perdonar, pero también es bueno, una vez arrepentido, no reprochar ni herir a quien cometió los crímenes, porque como dice, ya lleva su carga.

Creo también que hay que diferenciar entre perdón y olvido, puede que una persona pueda llegar a perdonar, pero yo creo que nunca se logra olvidar algo así.

 

1 comentario:

Iguácel dijo...

Estoy completamente de acuerdo con lo que dices de las segundas oportunidades, pues siempre que dice hay que darlas y demás pero a la hora de la verdad es muy difícil aplicarlas. Creo que si nosotros hubiésemos pasado por un campo de concentración y hubiesen matado a muchos de nuestros familiares y amigos tendríamos un punto de vista completamente diferente sobre el perdón.